Agresividad e ira patológica: aprende a combatirlas con firmeza

¿Alguna vez has tenido que tratar con gente que se enfada y se pone agresiva por nada? La asertividad es una técnica psicológica que les enseña a no darles poder sobre nosotros...

30 SEP 2020 · Lectura: min.
Agresividad e ira patológica: aprende a combatirlas con firmeza

El matón de la escuela, la novia que pierde los estribos, el padre que no atiende a razones, o el colega que siempre levanta la voz, todos en la vida se encuentran con una persona agresiva o que vive perpetuamente enojado. El truco para no ser abrumado es la técnica psicológica de la asertividad, una técnica que te hará sacar lo mejor de los demás, así como de ti mismo.

¿Qué es la ira?

La ira es una emoción, como la tristeza o la alegría, que se desencadena por la intervención de diferentes estímulos dentro o fuera del individuo. Cuando llega nuestro cuerpo nos alerta con síntomas específicos que son la aceleración de los latidos del corazón, el aumento de la tensión muscular, la sensación subjetiva de calor e inquietud. Éstas se deben a la activación del sistema nervioso autónomo y sirven para predisponer al individuo a la acción que, normalmente, es la de ataque-defensa.

Para determinar la intensidad y duración de la ira, sin embargo, interviene nuestra interpretación cognitiva... es decir, lo que pensamos cuando estamos enojados.

Por ejemplo, si una persona derrama descuidadamente una bebida sobre nuestro nuevo vestido, podríamos pensar "no lo hizo a propósito..." o "qué estúpido... pero mira esto..." será fácil imaginar una intensidad diferente de ira.

Así pues, la ira se considera una respuesta emocional a un estímulo que el individuo considera provocativo, cuando se experimenta como un obstáculo para la consecución de un objetivo personal, o cuando siente que ha sido perjudicado o dañado.

En resumen, la función de la ira es advertirnos de la existencia de una amenaza a nuestra autoestima, a nuestra libertad, a la posibilidad de ser víctima de la injusticia, y la naturaleza prepara al cuerpo para eliminar esta amenaza.

¿Por qué uno se enfada?

Dijimos que mucho está determinado por la percepción del individuo del evento que ocurre. La ira de una persona es tanto más fuerte cuanto más siente que ha sido agraviada, y se considera: intencionada, maliciosa, desmotivada y llevada a cabo por una persona que se vuelve indeseable. algunas investigaciones han demostrado que rara vez nos enfadamos con los objetos y más frecuentemente con las personas, porque les atribuimos la conciencia y la voluntad de hacernos daño. para enfadarse menos sería importante ser conscientes del daño que tememos, lo que nos perturba antes de enfadarnos... y luego afrontarlo de forma diferente. Demos algunos ejemplos de los miedos que llevan a un individuo a enojarse:

  • Ser tratado mal o ser forzado a hacer algo en contra de la voluntad de uno.
  • Ser abandonado
  • Ser decepcionado o traicionado
  • Ser usado sin saberlo
  • Sabiendo o creyendo que eres odiado
  • Sufriendo ataques físicos o verbales
  • Recibiendo críticas
  • Sentir que has fallado o tener miedo al fracaso
  • Pensando en la injusticia en el mundo

A menudo es cuestión de entenderse

Se ha demostrado que la ira, seguida de explicaciones apropiadas y oportunidades de aclaración, mejora la calidad de las relaciones porque permite aumentar la comprensión y la camaradería entre las personas involucradas. Así que el diálogo es ciertamente una buena medicina, pero por desgracia, hablar con los que están enfadados no es fácil.

De hecho, estamos hablando ahora de una agresividad que podemos definir como una forma de expresar la ira y que se considera excesiva, perjudicial para el otro porque de alguna manera socava la libertad de los demás o la dignidad de los demás; es una forma de abrumar al otro. Diferente es el individuo violento que podemos ver como un extremo negativo de la agresión.

En general, en el agresivo puede haber tanto intenciones "buenas", es decir, no maliciosas que tienen por objeto restablecer el equilibrio, defenderse y obtener algo útil del otro, como intenciones maliciosas que tienen por objeto romper o empeorar las relaciones con la otra persona, que quieren vengarse de un mal inmediato, expresan odio y desaprobación.

La persona agresiva puede reconocerse porque a menudo viola los derechos de los demás a aprovecharse de ellos, logra sus objetivos a expensas de los demás, se entromete en las elecciones de los demás, es explosiva, imprevisiblemente hostil e iracunda.

Una modalidad que se considera muy eficaz para comunicarse con los agresivos se llama en la asertividad psicológica

Se trata de la capacidad de:

  • Para comunicar nuestros pensamientos, opiniones, emociones con respeto a los demás.
  • Alcanzar los objetivos de uno sin ofender a los demás.
  • Expresarse de forma clara y autónoma.
  • Decidir por uno mismo.
  • Para poder reaccionar y comunicarse con una persona agresiva es importante ser consciente de lo que esto mueve en nosotros, cuáles son las emociones y los bloqueos.

¿Pero de qué tenemos miedo realmente?

Si tenemos miedo de que nos ataque o nos haga daño, podemos preguntarnos:

¿El daño que me hace es objetivo, físico o simplemente imaginario?
Incluso si lo fuera, ¿cómo podría lidiar con ello?
Pero, ¿estoy seguro de que esta persona tiene este poder, o soy yo quien se lo da?

¿Por qué nos enfadamos?

9 reglas de oro para la comunicación asertiva

Formular oraciones en primera persona porque hablamos de nosotros mismos; utilizar verbos como "pienso", "creo", "quiero"; cuando hablamos de nuestras experiencias internas, ideas, sentimientos y emociones es importante ser claro y abierto. El objetivo es ayudarnos a conocernos mejor y hacernos entender mejor a los demás.

Utiliza a menudo frases de aliento, apoyo y apertura "¿qué piensas?", "¿cómo lo ves?".

Traten de entenderse, no hablen de presuntas intenciones, pregunten si no están seguros "...cuando dijiste x ¿qué quisiste decir?", "...cuando cerraste la puerta pensé que era por mi culpa... ¿es verdad?

Si haces una crítica, no generalices sobre lo que pasó.

No critique a la persona directamente, sino un comportamiento "Cuando dices esto pareces alguien que quiere venganza", "Cuando dices x me ofendes mucho".

Si cometió un error, admítalo y esté abierto al cambio.

No respondan agresivamente, con el resultado de reforzar el estilo agresivo de cada uno.

Después de una crítica, pedir una aclaración del contenido mediante preguntas repetidas que requieren que el otro se aclare; el objetivo es aclarar los elementos en los que hay desacuerdo.

Repetir el punto de vista sin cambiar las palabras y la calidad del discurso como un disco rayado, es una forma efectiva de defensa cuando el interlocutor afirma hacernos cambiar de opinión o manipularnos.

Si las dificultades persisten y la comunicación asertiva no es suficiente, significa que hay bloqueos psicológicos que requieren una atención específica. Es aconsejable consultar a un psicoterapeuta que pueda ayudar.

La Dra. Ernesta Zanotti, psicóloga y psicoterapeuta

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