Fumar también afecta nuestra personalidad

Los efectos negativos del cigarrillo en nuestra salud física son múltiples y están comprobados científicamente. Ahora bien, lo que no sabíamos es que el hábito de fumar también provoca cambios en nuestra personalidad, esto es en los pensamientos, sentimientos y comportamientos. Así lo ha confirmado un estudio publicado por el Journal of Research in Personality. 

Está claro que los rasgos de la personalidad son estables a lo largo de la vida de una persona, pero también está comprobado que algunos se moldean a partir de las decisiones que tomamos.

Según la investigación dirigida por Yannick Stephan, de la Universidad de Montpellier, el hábito de fumar retroalimenta y da forma a los rasgos psicológicos negativos inconscientes de nuestra personalidad, especialmente cuando hablamos de personas emocionalmente inestables e introvertidas.

A través de cinco grandes encuestas, los investigadores estudiaron el comportamiento de adultos entre 20 y 92 años en Estados Unidos y Japón. Las encuestas estudiaron las respuestas de 6000 personas que, voluntariamente, participaron en el estudio y cuyo comportamiento se analizó, como mínimo, durante 4 años y, en algunos casos, se prolongó por más de 10 años. 

Se utilizó el Modelo Big Five que analiza la composición de cinco grandes dimensiones o factores de la persoalidad, cuyo acrónimo se puede leer como OCEAN:

• El factor O (Openness): que tiene que ver con la apertura a nuevas experiencias
• El factor C (Conscientiousness) o responsabilidad frente a los actos
• El factor E (Extraversion) o actitud extravertida, alegre y sociable
• El factor A (Agreeableness), relacionado con la amabilidad
• El actor N (Neuroticism) que mide la estabilidad emocional

De acuerdo con la investigación, los fumadores disminuyen estos cinco factores a lo largo de los años y los declives más significativos se muestran en la estabilidad emocional y la extraversión. 

El equipo de investigación, liderado por Yannick Stephan concluyó, además, que las personas que dejaron de fumar durante los años en que se recogieron los resultados, siguieron mostrando descensos en sus grados de simpatía, es decir, que se mostraban menos optimistas y con menos intención de cooperar o considerar las necesidades de los demás. Es decir, que dejar de fumar no modifica los cambios de personalidad que ya se habían adquirido durante los años de tabaquismo

La investigación toma en cuenta también las consecuencias físicas del consumo de cigarrillo y vincula el insomnio, la tendencia a la depresión y la reducción de la capacidad cardiovascular con los efectos negativos en la personalidad. 

"Fumar puede alterar las capacidades energéticas necesarias para mantener la estabilidad emocional, la tendencia a ser exploradores, cooperativos y altruistas, disciplinados y juguetones, y entusiastas y activos". 

Por supuesto, los investigadores piden cautela a la hora de etiquetar a una persona fumadora como introvertida o inestable emocionalmente, porque hay otros factores que inciden en los cambios de personalidad como el estrés. El estrés tanto te puede impulsar a ser fumador como te puede elevar los picos de adicción al tabaco, según momentos puntuales de tu vida.  

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