Retos psicosociales para la educación formal de los adultos

Generalmente, cuando se habla de educación para los adultos, se refiere a la alfabetización de aquellas personas adultas que en su momento no resolvieron la cuestión de lectoescritura, según los programas educativos vigentes en sus tiempos de juventud.

Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2016), sostiene que la educación de los adultos se refiere a todas las formas de educación y aprendizaje, que tienen por objetivo que los adultos tengan parte activa en la sociedad y en el trabajo, incluyéndose en los procesos educativos formales, no formales e informales.

Lo anterior significa que, las personas adultas pueden integrarse al sistema educativo en diferentes etapas de su vida, iniciar o continuar con sus estudios, pero para muchos adultos ese hecho representa todo un reto dado que, si bien tienen mayor experiencia de vida, también pueden encontrarse con múltiples obstáculos.

Los adultos que deciden ingresar o regresar a la escuela, después de algunos años de haber dejado de estudiar, hoy se verían obligados a combinar múltiples roles, enfrentando con ello también, múltiples retos vinculados con aspectos individuales y sociales, sin embargo hay quienes ¡Sí se animan a regresar a las aulas!, haciendo evidente sus objetivos de mejorar la calidad de vida, poniendo de manifiesto habilidades, destrezas y sus propios recursos personales, en la adquisición de nuevos conocimientos superiores, que le permitan sentirse dignos, valiosos, realizados y preparados académicamente, para seguir participando activamente en la sociedad y en el trabajo.

Sin embargo hay teorías que señalan que los adultos no disponen de las mismas facilidades que los jóvenes, debido a diversos factores:

a) No aprenden igual ni de la misma manera,

b) Ambos tienen diferencias en sus roles, ocupaciones y responsabilidades,

c) Su ritmo, espacio y estilos para aprender son distintos, (Castillo, 2018).

El tema de los retos psicosociales que enfrentan los adultos que estudian en el nivel superior, resulta relevante para la comunidad en este rango de edad, en virtud de que, dentro del contexto educativo, este es un tema muy olvidado y aportaría seguramente elementos en beneficio de esta población. Por lo tanto, los resultados pueden ser útiles también para las instituciones de educación superior que reciben estudiantes de edad intermedia (40 a 65 años) o de edad más avanzada como por ejemplo estudiantes de la tercera edad, para realizar un cuidadoso diagnóstico de las características de estos estudiantes y brindarles el apoyo necesario para su adaptación al modelo educativo vigente.

¿Cuáles son los retos psicosociales de los estudiantes adultos en la educación superior?

Entre los principales retos, influye mucho la edad, porque perdieron sus hábitos de estudio, al dejar de estudiar por muchos años. Se les dificultará quizá organizar sus tiempos entre las múltiples actividades que llevan a cabo y además, otro reto sería integrarse a un programa educativo que les demande mayor compromiso, principalmente cuando se trata de universidades públicas, donde los grupos son muy numerosos, por lo que para el docente, aunque tenga buena disposición, no dispone de tiempo para brindar una atención personificada, como muchos adultos lo requieren en algunas dinámicas y exigencias, es algo que tampoco habían contemplado cuando decidieron seguir estudiando.

¿Qué obstáculos académicos enfrentan los estudiantes adultos para adaptarse a las exigencias de una licenciatura?

Otro reto importante es el uso de las nuevas tecnologías. La mayoría de los adultos que deciden ingresar o continuar sus estudios de manera formal (o superior), no dominan las nuevas tecnologías: el uso de computadoras, paquetes informáticos, aplicaciones y diferentes tipos de softwares educativos y académicos, celulares inteligentes, redes sociales y uso de plataformas virtuales, etc. Esto último ha dificultado doblemente a la mayoría de los estudiantes adultos que iniciaron sus estudios de manera presencial y por cuestiones sanitarias de pandemia, tuvieron que emigrar sus clases a las aulas virtuales de forma obligatoria. Todo un gran reto para quienes ni idea tenían de cómo hacer uso de las nuevas herramientas tecnológicas.

¿De qué manera impactan el entorno social, familiar y laboral sobre el rendimiento académico de estos estudiantes?

Aquí es importante analizar, describir e identificar objetivos, que para el estudiante adulto serían de mucha utilidad e incluso proponer y agregar supuestos de investigación. En primer lugar, la adaptación es un reto mayor, ya que entre las formas de enseñanza anteriores a las actuales, hay una enorme brecha generacional, el estudiante no está acostumbrado a realizar los trabajos en equipo, ni bajo presión, ni pasar al frente a exponer, ni subir sus trabajos a plataformas virtuales con el tiempo acotado o medido teniendo como prioridad cambiar sus estrategias de estudio, pero algunos no lo hacen.

Entonces los estudiantes adultos definitivamente sí enfrentan retos psicosociales enormes, como la edad, corriendo el riesgo de sentirse cansados y con menos energía por la carga de tareas y trabajos que el docente solicita regularmente y el tiempo tan corto para realizarlos, pero sobre todo porque tienen que combinar roles como padres que tienen que sostener a su familia y sus estudios y además hacerse cargo de los roles laborales, familiares y académicos al mismo tiempo, ejerciendo con ello mayor presión y mayor esfuerzo. Además de los conflictos generados por los múltiples roles que desempeñan los adultos que estudian, están otros problemas internos con la pareja y la familia, es un obstáculo fuerte cuando el esposo o la esposa no están de acuerdo en que su pareja siga estudiando.

En ese sentido, la oportunidad de formación educativa está abierta de manera gratuita para todos los adultos, un campo que hasta ahora ha sido objeto de muy escasa atención. Sin embargo, podrían enfrentarse con algunas limitaciones como problemas de contexto, familiares, de salud física y emocional, problemas económicos, y, desde luego, los retos académicos. Además, no se descarta la enorme posibilidad que tienen los estudiantes adultos de convertir esos retos y desafíos, en zonas de oportunidad, ya que les permitiría potenciar además sus recursos personales, tales como la autoestima, la inteligencia emocional y la resiliencia, que es la capacidad para adaptarse a las situaciones adversas con resultados positivos en los procesos de aprendizaje.

Referencias

UNESCO. (2016). Recomendación sobre el aprendizaje y la Educación de Adultos.

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Recuperado de: https://es.unesco.org/about-us/introducing-unesco

Castillo, F.J. (2018). Andragogía, Andragogos y sus aportaciones. Revista Voces de la

Educación, 3 (6), 64-76. Recuperado de: https://philpapers.org/rec/SILAAY

Gabarda, V. (2015). El Aprendizaje en la Edad Adulta. Universidad Internacional de

Valencia. Recuperado de: https://www.orientacionandujar.es/wp-content/uploa...

2015/06/Ebook-Aprendizaje-Edad-Adulta-OK.pdf

Papalia, D.E., Wendkos, S., y Duskin, R. (2005). Desarrollo Humano (11a.). México:

Editorial Mc Graw Hill.

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