¿Mi hijo tendrá trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad?

Tener un hijo que padezca del trastorno por déficit de atención e hiperactividad, o TDAH, es un temor para la mayoría de padres en el mundo y México no es la excepción. Es normal preocuparse.

Como padres, el bienestar por los hijos y su bienestar es una prioridad que el TDAH amenaza, debido a que es una enfermedad crónica que causa graves dificultades en su desarrollo si no se es atendido a tiempo por profesionales. 

Es importante, en caso de percibir algunos de los síntomas, acudir a un psicólogo experto que pueda realizar el seguimiento adecuado, así como la observación del niño en diferentes contextos, con el fin de obtener un diagnóstico certero y no terminar tratando por TDAH a un joven que padece otro tipo de trastorno o enfermedad.

Generalmente, para el diagnóstico del TDAH, se utiliza la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico (DSM-5) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (American Psychiatric Association).

Características del trastorno por déficit de atención e hiperactividad

• ¿Cuáles son las características del TDAH?

La falta de atención y la hiperactividad son las principales, como queda claro en el mismo nombre del trastorno, sin embargo estas se manifiestan de formas particulares. Aquí te mostramos algunas de las formas más frecuentes en las que estas se manifiestan, pero si llegas a notar estos comportamientos en tu hijo lo mejor es que acudas a un especialistas y evites el autodiagnóstico.

Hay nueve síntomas que indican la presencia de hiperactividad y déficit de atención, para ser considerados parte del TDAH deben haber estado presentes al menos seis meses, llegando a perjudicar el desarrollo del joven. Seis de estos síntomas son indicador de TDAH en menores de 16 años y cinco o más indican su presencia en mayores de 17 años y adultos: 

Hiperactividad

1. Interrumpe conversaciones o juegos de otras personas. 

2. Se mueve nerviosamente, se retuerce en el asiento o da golpecitos con manos o pies. 

3. Le cuesta esperar su turno. 

4. Da respuestas antes que termine una pregunta. 

5. Permanentemente se encuentra en movimiento. 

6. No puede participar en actividades o jugar de manera tranquila. 

7. Trepa y corre en situaciones inadecuadas. 

8. Habla de manera excesiva. 

9. Deja su asiento cuando debería estar sentado. 

"Mis padres me entendían. Sintieron una gran responsabilidad cuando advirtieron que yo era especial. Encontraron la forma de seguir alimentándome y de llevarme a colegios mejores. Estaban dispuestos a adaptarse a mis necesidades".- Steve Jobs.

Déficit de atención

1. Se olvida de cosas en sus actividades diarias. 

2. Pierde cosas necesarias para sus actividades diarias. 

3. Tiene problemas para organizar sus actividades.

4. Muchas veces parece que no escucha cuando se le habla directamente. 

5. No presta atención a los detalles y comete errores por descuido. 

6. Se distrae con facilidad. 

7. Evita tareas que le suponen un esfuerzo mental durante prolongados períodos de tiempo. 

8. No cumple con instrucciones y suele fallar al completar tareas escolares. 

9. Tiene problemas para mantener la atención en tareas o juegos. 

Para que se pueda considerar un caso de trastorno por déficit de atención e hiperactividad, o TDAH, se deben cumplir ciertas condiciones pese a tener dichas características.

Entre ellas están la presencia de varios de los síntomas antes de cumplir los 12 años; que dichos síntomas se presenten de diferentes contextos: la escuela,  el hogar o con amigos, entre otros; no hay un trastorno que explique mejor estos síntomas; los síntomas interfieren de manera activa con su funcionamiento en entornos sociales y escolares, entre otros. 

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico del TDAH lo debe hacer un psicólogo experto basándose en los criterios del DSM-5 o de la CIE-10, de la Organización Mundial de la Salud, haciendo un seguimiento concienzudo y constante, durante el tiempo suficiente para establecer claramente los síntomas y descartar otro tipo de padecimientos.

Este es un diagnóstico que es más dimensional que categórico, y puede modificarse con el tiempo, a medida que el niño crece y se modifican sus circunstancias sociales y familiares.

Es por eso que los profesionales de la psicología deben realizar un seguimiento exhaustivo a sus pacientes, haciendo controles permanentes y revisiones de seguimiento cada tres meses una vez establecido el diagnóstico y el tratamiento.

Como padre, puedes ayudar a proporcionar información clave sobre el comportamiento de tu hijo y cómo este afecta su vida social, escolar y familiar. Lo más importante que puedes hacer como un padre que se preocupa por el bienestar de su pequeño, es buscar ayuda de un experto y estar presente para garantizar que se cumpla con el tratamiento y las pautas dadas. ¿Notas algo en tu hijo? cuéntanos tu experiencia en los comentarios.

Las informaciones publicadas por Psico.mx no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psico.mx no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.