Obsesiones y manías ¿qué tan obsesivo eres? TEST

Cuando hablamos con nuestros conocidos solemos decir "tengo X manía", no solemos decir obsesión ya que parece que tener manías es hasta cierto punto normal.

Seguro que has escuchado: "tengo la manía de contar los pasos"; "tengo la manía de sumar los números de las matrículas de los carros"; "tengo la manía de comprobar varias veces que he cerrado el gas"; "tengo la manía de lavarme las manos muchas veces al el día"; etc. Estos, más que manias, podrían llegar a ser algunos síntomas obsesivos.

¿Es tu caso? Te proponemos hacer este test:

Es cierto que no todos los síntomas "obsesivos" son igualmente graves, sino que responden a un continuo y habría que tener en cuenta su intensidad y frecuencia y, sobre todo, si están ocasionando un deterioro en la vida personal, social, familiar o laboral. Así, existen diferentes niveles que van desde el menos grave a otros más graves donde estaríamos ante un trastorno de la personalidad obsesiva o un trastorno obsesivo-compulsivo.

Los menos graves son los rasgos obsesivos como la puntualidad, el orden, la responsabilidad, la autoexigencia y la meticulosidad. Normalmente son características muy valoradas socialmente, especialmente en el trabajo. Por eso, los que tienen estos rasgos suelen estar muy valorados por sus superiores pero en su vida familiar suelen mostrarse muy rígidos e intransigentes.

Trastorno de la personalidad obsesiva

Cuando los rasgos anteriores son exagerados y producen un deterioro significativo en el ámbito familiar, social y laboral podríamos hablar de trastorno de la personalidad obsesiva. Las personas que padecen este trastorno suelen caracterizarse por una preocupación excesiva por el orden, la organización y los horarios; se dedican de manera excesiva al trabajo dejando de lado obligaciones familiares, sociales o de ocio; son inflexibles y perfeccionistas y les cuesta delegar.

Trastorno obsesivo-compulsivo

El trastorno obsesivo-compulsivo sería el nivel más grave. Aquí podemos observar como aparecen obsesiones y compulsiones (rituales). En algunos casos, aunque la persona que los padece puede ser consciente de lo absurdo de sus pensamientos, puede llegar a provocar una gran incapacidad para desarrollar su vida cotidiana.

Así, las "manías" no siempre reflejan un trastorno subyacente, pero si estas obsesiones ocupan una parte importante del día y perturban uno o varios ámbitos de tu vida, sería necesaria la intervención profesional.

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