¿Porque los niños hacen berrinches?

Un berrinche puede comenzar con lloriqueos, quejas y sentimiento de frustración y, posteriormente, pasar a gritar, patear o golpear.

El niño podría tirarse al piso o contener el aliento como parte del berrinche y su intensificación puede ocurrir lentamente o, por el contrario, progresar muy rápidamente.

Los berrinches comienzan entre los 12 y 18 meses y son comúnmente vistos entre los niños de 2 y 4 años de edad. Surgen porque las emociones de un niño puede ser más poderosa que su habilidad para manejarla.

¿Porqué los niños hacen berrinches?

A continuación les mostramos las siete razones principales de que ocurran:

1. Quiere hacer algo que no está permitido: las reglas son las reglas y a veces los niños no están de acuerdo con las reglas o los límites establecidos por sus padres.
2. Los niños quieren poder hacer más de lo que realmente pueden.
3. Los niños no siempre pueden comunicar sus necesidades o deseos de una manera tranquila.
4. Los niños se sienten físicamente incómodos o no se sienten bien: los berrinches suelen ocurrir debido a que el niño se siente cansado o frustrado.
5. Los niños no pueden obtener la atención de los padres.
6. El niño no lo puede evitar debido al cansancio o la imposibilidad de comunicarse.
7. Los niños desarrollan la evolución emocional; antes de eso suelen aparecer los berrinches por esta no asertividad al comunicarse emocionalmente.

Lo que pueden hacer los padres para evitar los berrinches

• Los niños son más propensos a los berrinches cuando están cansados o se encuentran fuera de su rutina normal; saber qué empuja a un niño al berrinche puede ayudar a sus padres a evitarlos.
• Planear para el éxito: Que los padres puedan planear la rutina de actividades que se harán y a donde se irá o no cuando el niño ya se encuentra cansado puede ayudar a prever el berrinche.
• Pregunte si su niño quiere ayuda con una tarea que sea frustrante u ofrezca una actividad que puedan realizar juntos con la finalidad de prevenir que el pequeño sienta frustración o falta de apoyo ante situaciones difíciles para él.
• Avise al pequeño cinco minutos antes de cambiar de actividad o antes de retirarse de algún lugar si lo que se encuentra haciendo el niño es divertido para él.
• Una afirmación como "Te voy a ayudar a calmar" puede ser tranquilizante para el niño y también le hace saber que su expectativa es que empezará a recuperar el control de su comportamiento.
• Ofrezca una actividad opcional. Esto es algo a lo que también se le llama "distracción", y puede ser muy eficaz con los niños más pequeños.
• Si el niño se encuentra en un lugar seguro, algunos expertos aconsejan ignorar el berrinche y eliminar el incentivo del niño de continuar; generalmente si el niño se da cuenta que nadie lo observa deja de actuar de la manera al principio descrita.

Los adultos generalmente pueden manejar los altibajos, pero los niños pequeños (de entre dos y cuatro años) están apenas empezando a manejar sus emociones; los berrinches y rabietas son realmente una manera inmadura de expresar intensamente las emociones sentidas.

Ante situaciones como las de los berrinches hay que mantenernos firmes con nuestras decisiones como padres; hay que recordar que si lo que deseamos es eliminar la probabilidad de que aparezcan los berrinches hay que actuar siempre de acuerdo a lo aconsejado anteriormente sin dejarnos "doblegar" por lo que hacen nuestros niños.

Frente a la negativa de comprarle algo al niño puede aparecer el berrinche (frustración), y los padres generalmente tienden a acceder a la petición del niño por la "vergüenza" de que la gente vea la actitud del niño; si se le compra lo que el niño pide conseguimos que el berrinche termine pero... ¿A qué precio?...En el momento en el que se le compra lo que el niño quiere con tal de terminar con el berrinche el niño aprende, inconscientemente, que para conseguir lo que desea tendrá que hacer un berrinche; por lo tanto se le estará reforzando la conducta al niño y, con esto, habrá más probabilidades de que aparezca la próxima vez.

Sumada a esta posibilidad de que el berrinche aparezca, tendremos el hecho de que, si aparece, resistirá más que la última vez puesto a que el niño estará esperando a que los padres cedan ante su petición y le den lo que quiere para que deje de actuar de esa manera.

Por lo tanto, lo ideal será no ceder ante la petición por la que aparece el berrinche; aprender a observar el pre ambulo que ocasiona el berrinche y adaptar estrategias, como las antes descritas, para cambiar el rumbo de la reacción del niño.

Entre más pronto se actúa de manera adecuada contra el berrinche más rápido sea eliminará dicha conducta; por el contrario, una vez que el niño ya está acostumbrado a conseguir lo que pide al hacer berrinche el eliminarlos será más tardado, sin embargo no es imposible.

Si dicha conducta ya está muy establecida o, como padres, se sienten desesperados es recomendable acudir con un experto que pueda sugerirles estrategias adecuadas

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