El mejor maestro es el dolor

En la vida siempre habrá algo o alguien que nos haga sufrir, pero nadie se hace amigo del dolor ni del sufrimiento. Resulta más fácil y cómodo fabricar máscaras y caretas para disfrazar los sentimientos y emociones dolorosas que llevan años enraizándose en la psiquis humana, los traumas o bloqueos emocionales son los causantes a veces de desarrollar depresiones severas, miedos, dudas, inseguridades, falta de confianza, etc. incluso, desde la primera infancia que es la parte más caótica de la enfermedad psicosomática que se pone de manifiesto y sin atajos en la vida adulta.

Es posible que pienses que los demás tienen la culpa de todo lo que a ti te molesta, porque te dan motivos –dices- y si no te dieran motivos seguro seguirías creyendo que eres un soldadito de chocolate, muy dulce, tierno, con crema y sabroso o que eres una persona tan pero tan noble que no te atreverías a matar ni una mosca, pero resulta que cuando te dan motivos, explotas como palomita de maíz. Tus emociones se salen fuera de control y reaccionas por impulso, no piensas, no carburas… ¡Actúas como animal! Y actúas diciendo y haciendo puras patanerías y groserías que ya no puedes detener.

Las cargas y sobrecargas de esfuerzos y super-esfuerzos constantes y repetidos, van minando la existencia y llevando al ser humano a una saturación cognitiva atroz, y llega un momento en que la mente se incapacita, se deteriora, se distorsiona, se bloquea y ya no puede asumir más conflictos emocionales. Es un desgaste emocional tremendo, un agotamiento físico y mental que impide funcionar óptimamente.

Es necesario asomarse hacia adentro, darse cuenta con qué recursos personales contamos para trascender ese dolor y ese sufrimiento, hacer conciencia del por qué o para qué nos sirve sentirnos aludidos y lastimados, como si todos estuvieran en contra. No es posible tomarnos todo de manera personal. Es preciso darnos cuenta que el dolor está allí porque quiere enseñarnos algo y porque cada proceso de maduración es personal, es individual, es incuestionable, es irrepetible y a la vez muy nutritivo porque el dolor nos invita a la más profunda de todas las reflexiones y allí puede haber cambios positivos.

El mejor maestro es el dolor porque nos enseña a superar las frustraciones. Cuando nos sentimos frustrados es porque algo o alguien no llenó nuestras expectativas, las cosas no salieron como lo esperábamos y eso nos causa dolor y sufrimiento, pero el dolor no es tan malo como parece, porque gracias al dolor aprendemos a exigir, a movernos, a tocar puertas a abrir caminos hacia nuestro entendimiento. Sin dolor no hay ascensión, sin dolor no hay comprensión, sin dolor no hay camino, por eso es que a veces cuando sufrimos nos estancamos, nos bloqueamos, no sabemos hacia dónde dirigir nuestra valiosa vida.

En psicoterapia hay una herramienta poderosa para iniciar el trabajo disciplinario con nosotros mismos, es decir, cuando queremos empezar a despertar conciencia de quiénes somos, dónde estamos y hacia dónde queremos dirigirnos, esa clave se llama SOL.

La clave Sol

S= Sujeto

No olvidarse de sí mismos, auto-vigilarnos de instante en instante, estar en alerta percepción, o alerta novedad en relación con nuestros pensamientos, gestos, acciones, emociones, hábitos, palabras, etc.

O= Objeto

Minuciosa observación de todos aquellos objetos o representaciones que por medio de los sentidos, llegan a la mente. No debemos jamás identificarnos con las cosas porque así es como cae uno en la fascinación y el sueño de la conciencia.

L= Lugar

Observación diaria de nuestra casa, de nuestra recámara, como si fuera algo nuevo. Preguntarnos diariamente a sí mismos ¿Porqué he llegado yo aquí a este lugar, a esta oficina, a este mercado, o a esta calle? Etc.

Cuando practicamos esta técnica, bajan los mecanismos de defensa de la mente, bajan los niveles de alteración y ansiedad, porque atraes una nueva realidad a tu vida, la realidad que tú querías para ti, una realidad llena de armonía, pero es importante tener continuidad de propósitos. Hazte responsable de tus actos, aprende a juntar los pedazos fragmentados de tu ser, irás a psicoterapia no porque estés loco, sino porque aceptas humildemente que tienes un problema que atender en tu mente y en tu corazón y que tú sólo no puedes.

No permitas que el pasado siga tomando el control de tu vida. Ya es hora que sueltes tu papel de víctima, estás preparado para salir de ello. En psicoterapia sugerimos empezar por las técnicas de respiración diafragmática, meditaciones guiadas, afirmaciones positivas, restructuración cognitiva, relajación, memoria y concentración, lenguaje, imaginería dirigida, ejercicio diario, alimentación balanceada y un descanso apropiado para desintoxicarte emocionalmente

Si deseas en verdad tomar la vida en tus manos sólo busca profundizar, conocerte más interiormente para saber qué debes procesar y cambiar, y conocer cómo nacieron ciertos elementos emocionales que provocaron las causas de situaciones que no quieres más en tu vida. Comienza aquí y ahora el viaje hacia tu interior para descubrir el trabajo de tu cerebro y poder controlar tu mente. Solo necesitas ahora decisión, información y trabajo consciente… ¡Te necesitas a ti mismo!, y si no sabes cómo hacerlo, acude a tu psicólogo de confianza quien te orientará de la mejor manera y te facilitará el camino hacia tu verdadera realización interior profunda. Llegarás un día a bendecir a tu mejor maestro que has tenido en la vida, un maestro quizá rígido e inflexible, severo y directriz, pero también el mejor maestro que se llama dolor. Eso es todo.

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