¿Se puede encontrar el amor en las redes sociales?
La soledad es el mal de nuestro mundo. El primer impulso es buscar el amor por internet, corriendo el riesgo de fraude o extorsión. ¿Te arriesgarías? ¡Prevención es salud mental!
Las redes sociales están hoy en día al último grito de la moda, pues nos ofrecen un enorme abanico de oportunidades, si de comprar y vender se trata, pero también nos ofrece otros servicios que van desde un mundo de posibilidades para expandir nuestra comunicación, hasta la facilidad de animarse a "buscar" el amor desesperadamente como si fuera de vida o muerte, corriendo el riesgo de que jueguen con nuestros sentimientos y lastimen nuestras emociones, pues no sabemos realmente con quién estamos tratando, ni quién está atrás de esa caja de alambres y circuitos llamada computador.
En este marco, es muy frecuente encontrarnos con publicaciones que llaman la atención:
- "Busco un amor sincero"
- "Busco una relación seria"
- "Estoy buscando al amor de mi vida"
Desde el punto de vista psicológico cabe preguntarse ¿qué está pasando por esas cabecitas?, si buscan un amor sincero ¿será acaso que lo perdieron?, y buscan una relación seria, ¿Es en serio?, o ¿Cómo podría serlo si están demostrando que no saben estar ni relacionarse bien ni siquiera consigo mismos?, es decir, no saben estar solos, les pesa mucho la soledad, se quejan de no encontrar pareja, a pesar de presumir todo lo que tienen, y se agarran del primer "ligue", aunque esté del otro lado del mundo, como si fuera su única tablita de salvación, se tiran a matar por ese encuentro tan esperado como si fuera el más grande milagro de amor.
¡Y vaya que algunos sí lo logran!, sobre todo si cuentan con recursos financieros para viajar y cubrir gastos de pasaportes, visas, vuelos, hoteles, alimentos, transporte, etc., que muchas veces no garantizan nada, o no son suficientes para que la relación tan soñada funcione y entonces llega la desilusión y se quedan suspendidos entre el cielo y el infierno y sin nada de donde más agarrarse.
Pero la desesperación mayor y el sufrimiento más grande, lo viven aquellas personas ilusas que encima de todo, no cuentan con los recursos económicos suficientes para ir personalmente en busca de su adorado tormento que se encuentra en el extremo sur del mundo o del lado contrario del planeta, o en cualquier otro extremo de los cinco continentes del mundo, y sin embargo con la magia del Internet, sólo tienen que poner sus manos en la fría pantalla de su pc para tocar el rostro de su ser amado, o cerrar sus ojos abrazando el ordenador, bebiéndose las lágrimas al modular la voz casi comiéndose a besos el micrófono que emite sentidas palabras de infinitas promesas de amor, que viajan entre los hilos vibratorios, códigos binarios y señales analógicas y digitales de la energía y potencia en los sistemas de telecomunicaciones, no importando la distancia geográfica que hay de por medio entre dos corazones que coinciden en el tiempo, la distancia y la eternidad.
No cabe duda que el apego también es una forma de adicción, pues constantemente llegan personas, a la consulta clínica, con padecimientos severos de dependencia psicológica, sufren terriblemente ante su sentido de carencias, sus vacíos existenciales o su orfandad emocional. Obviamente se aferran a una ilusión que les alimenta la esperanza de haber encontrado la felicidad tan esperada, se llegan a sentir motivados, alentados, inspirados, importantes y amados, pero al desconectase, o apagar la camarita y el computador, se vuelven a quedar abrazados a la soledad y se vuelven a sentir vacíos, incompletos, conflictados, preocupados porque en el fondo de su alma saben, o algo les dice que aquello que están viviendo sólo es un sueño, una quimera, una utopía, un castillo en el aire, que podría difuminarse en cualquier momento y sin embargo no están dispuestos a soltar, a dejar ir, a decir adiós porque piensan que sin esa fuente de apego no podrán sobrevivir. Se sienten atados a esa emoción, su apego se convierte en una especie de vínculo mental y emocional que en la mayoría de los casos se vuelve obsesivamente enfermizo, irracional, nocivo y tóxico para su salud física y mental.
Las redes sociales están al servicio de la comunicación es cierto, pero son arma de doble filo: Se puede fortalecer nuestra autoestima cuando se encuentra a la pareja que esperábamos, o se puede debilitar cuando quedamos atrapados en la dependencia emocional. Una realidad aplastante cuando no se concreta el encuentro y contacto físico, ¡Tú decides!.
Las informaciones publicadas por Psico.mx no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psico.mx no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD