¿Por qué me desespero tanto?
La desesperación es mala consejera. Se activa la ansiedad y la mente se bloquea, no sabemos cómo funcionar en ningún terreno. Aprende a modificar tus pensamientos y emociones ¡Disfrútate!
En la vida siempre hay y habrá algo o alguien que nos haga sufrir, y eso no quiere decir que esté allí a propósito, ni que tenga forzosamente que llevarnos al grado de la desesperación. Simple y sencillamente es que algo hay adentro de nosotros que nos lleva a perder el control: ansiedad anticipatoria, exigencias desmedidas, intolerancia, perfeccionismo, incertidumbre, todo nos molesta, nos tiembla la voz, tartamudeamos, o simplemente se nos borra todo del mapa mental, nos bloqueamos, no recordamos el nombre de las palabras ni de las cosas, es decir: la mente se vuelve lerda, sosa, inepta, torpe, perezosa, flemática y por demás, retardada para funcionar de manera óptima.
¿Por qué sucede que cuando más necesitamos estar bien, o queremos quedar bien con algo o con alguien, los márgenes de nuestra percepción se distorsionan y el cúmulo de miedos latentes se ponen de manifiesto? El miedo produce angustia, y no nos queda claro qué es "eso" que nos bloquea la memoria momentáneamente, ¡Obvio, nos desesperamos a morir!, ¡Qué vergüenza!, qué dirán de mí porque se me olvidaron las cosas, no recordé su nombre, o no supe qué decir, ¡Claro que sucede! Y nos sucede a todos y nos sucede frecuentemente.
Las principales responsables del miedo, son dos estructuras del cerebro llamadas: Amígdala e Hipocampo
La Amígdala es una estructura subcortical que se encuentra situada en la parte interna del lóbulo temporal más o menos en la parte media, es del tamaño de una almendra, y es la encargada de generar e integrar las emociones, y las emociones son reacciones químicas de nuestro cerebro que se producen ante los estímulos exteriores de lo que vemos, oímos, olemos, tocamos o gustamos, o también podría tratarse de estímulos internos como por ejemplo, pensamientos, recuerdos o memorias que nos hagan sentir emociones positivas o negativas, agradables o desagradables.
El hipocampo es el órgano de la memoria. Es una estructura del cerebro muy pequeñita alargada y con forma de curvatura que se le compararía con un caballito de mar, ubicado en la parte interior del lóbulo temporal, se encarga de gestionar los recuerdos, de consolidar los aprendizajes de nuestra vida, clasifica la información y define a dónde deben almacenarse en nuestra memoria, si es a corto, mediano o largo plazo. Y estos procesos mentales están ligados íntimamente a las emociones, incluso determinando si son sensaciones negativas o positivas, agradables o desagradables para recordar. Obviamente los misterios de la naturaleza, los mecanismos de funcionamiento del cerebro y las intrinsecadas redes neuronales, aún siguen sorprendiendo a la neurociencia y a la neuropsicología.
Sin embargo, hay algo que se puede hacer aquí y ahora, es aprender la técnica de la auto-observación. Convertirse en observador y observado al mismo tiempo, pero sin identificarse, sin hacer juicios ni engancharse, sólo enfocarse en lo que pasa por nuestra mente, vigilar qué cosas pasan por la cabeza ¿Qué estamos pensando?, ¿Qué hay en nuestra cabeza?, pueden ser pensamientos, recuerdos, planes, preocupaciones, etc., pueden pasar miles de cosas por la mente día a día y aquí lo interesante sería observar cómo nos manejan esos pensamientos, ¿De qué naturaleza son esos pensamientos y qué vibraciones nos aportan?, negativas o positivas. Es la única manera de empezar a conocernos a nosotros mismos y por supuesto esa auto-observación constituye toda una disciplina diaria, constante y repetida, no importa que no lo hagamos las 24 horas del día, por supuesto no estamos acostumbrados, pero poco a poco se creará el hábito de observar lo que pasa por nuestra cabeza, ya posteriormente se irían aplicando otras técnicas para aprender a cambiar esos patrones o esquemas mentales que por supuesto modificarían también nuestras emociones, sentimientos y nuestra conducta. La conducta es modificable gracias a Dios.
Desesperarse con suma frecuencia para hacer las cosas rápido o para conseguir todo rápido, o hasta para hablar o expresar algo de manera rápida, comer rápido o llegar rápido, etc., podría estar relacionado con el Trastorno de Ansiedad Generalizada. Normalmente se trata de personas con una carga emocional muy pesada de exigencias desmedidas. Viven para complacer a los demás, antes que a sí mismos. No les gusta compartir responsabilidades, se parten en mil pedacitos para que otros estén completos, etc. ¡Ah, pero luego se preguntan, ¿Por qué me desespero tanto?
¡Hey! Tranquilízate, bájale dos rayitas a tu loca carrera desenfrenada.
- Vive primero para ti
- Enfócate en ti
- Respira
- Vuelve a respirar
- Disfruta lo que haces, no lo padezcas
- Sal a caminar
- Balancea tus alimentos
- Trata de dormir en un horario adecuado donde tu descanso sea reparador
Escucha la dulce melodía que busca tu alma, tal vez no sea una canción sino un trinar de hojas de los árboles movidas por el viento, o tal vez el suave murmullo que lleva la corriente de un riachuelo que te invita a mojar las plantas de tus pies, tal vez el aroma embelesado de belleza en un tierno amanecer, el césped que a tus pasos, presenta su rocío cuajado de frescura, la exquisita fragancia de una flor bebiendo los primeros rayos matutinos, el astro sol asomándose por la colina y colándose entre las copas de los árboles y a lo lejos el sonido del silencio de Dios, que te invita a la más profunda de todas las reflexiones. ¿Quieres mayor recompensa?
¿No te ha quedado claro y eres de las personas que no saben cómo desactivar la ansiedad? Acude a tu psicólogo de confianza para que conozcas cómo está involucrado en todo esto, también el Sistema Nervioso Autónomo y porqué a veces todo lo que te pasa es involuntario, no lo puedes controlar, es parte del sistema nervioso periférico, y del Sistema Nervioso Central, pero aquí lo más interesante es que aprenderás a conocer las funciones de tu cuerpo y cómo está relacionado todo con tus emociones. Aprenderás a no desesperarte tanto, ¡Pero sólo, si tú quieres!
Las informaciones publicadas por Psico.mx no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psico.mx no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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Muchas gracias, pensé que estaba loca, necesitaba saber qué me pasa, entender.