Parejas Disfuncionales

Generalmente la gente busca pareja para ser feliz, para amar y ser amada, para tener una vida juntos, para formar una familia, para tener estabilidad y permanencia en todo sentido… o bien, para tener bienestar en general, porque solos se sienten incompletos, infelices, apagados o tristes, etc.

Pero ¿Qué pasa cuando la elección que hacen las parejas no es la más adecuada?, o que ya una vez casados no encuentran lo que ellos esperaban?. Su vida se convierte en una guerra sin cuartel y un verdadero infierno. Se pierde la ilusión, se pierde la alegría, la comunicación, se pierde la esperanza, el respeto y las buenas maneras, se pierde la compatibilidad y se pierde todo. Entonces por todas las paredes de la casa rebotan las sátiras palabras hirientes: "Es que tú tienes la culpa", "Es que tú no pones nada de tu parte", "Es que no me tienes paciencia", "Es que ya no me quieres", "Es que eres insoportable, ya me tienes harto(a)", "Es que no te sabes callar ni me escuchas", "Es que eres tú el que me agrede y aparte no me entiendes"…

Ambos cónyuges saben que las cosas entre ellos andan mal y se enfrascan en fuertes discusiones que no les lleva a nada bueno, se lastiman, se ofenden se faltan al respeto, se despellejan vivos, se abaratan con palabras dolosas, ventajosas y hasta soeces: "Es que tú ya no me sirves para nada", "Es que para qué me casé contigo, mejor hubiera seguido solo(a", "Es que tú no sabes cómo me siento", "Es que no me importa lo que pienses ni lo que sientas", "No me comprendes, eres un(a) histérico(a)" o "Me vale un cuete lo que pienses y lo que hagas" o en el último de los casos: "Ni te creas que me duele que te vayas"… Así pasan su tiempo, amagando huidas con crítica mordaz, pero no se van de la casa, ni entienden que necesitan de una ayuda profesional para sanar su relación deteriorada.

La perspectiva neuropsicológica juega un papel fundamental en todo este tipo de actitudes de la pareja, los trastornos pueden ser diversos. Es decir, si algunos puntos del cerebro están dañados y no funcionan bien en la persona, producen este tipo de actitudes. También influye mucho el aspecto ambiental, o podrían ser las dos cosas juntas. Dicen que el individuo es producto de su medio. Habría que buscar las causas.

La incompatibilidad de caracteres, la inmadurez, la co-dependencia emocional, los celos y la infidelidad, son algunos factores que podrían influir en la vida de una pareja disfuncional, así como también, otras constantes como el factor económico, familiar, social, laboral, psicológico y hasta sexual.

En este último aspecto tan especial, se centra mucho la atención cuando los dos cónyuges, o uno de los dos, descuida su parte. Pierde el interés de tener relaciones sexuales con su pareja. Las causas pueden ser físicas o emocionales: Cansancio, hastío, (aburrimiento), mecanicidad, rutina, falta de táctica o ternura, resentimientos, falta de entusiasmo, la carga de exigencias, bloqueos, traumas, asuntos inconclusos que producen falta de líbido, miedos y temores o simplemente falta de motivación. Corriéndose el riesgo incluso hasta de llegar a padecer de anorexia sexual, que en dicho caso no sólo se evita ir a la cama, sino también las muestras de afecto y cariño, siendo este, el problema más difícil de solucionar o de erradicar.

En muchas ocasiones el hombre culpa a su mujer de frigidez, pero no toma en cuenta que si ella no muestra goce en la intimidad podría deberse a otro tipo de trastornos como la depresión, miedos, temores, fobias y otras causas psicológicas que deben ser atendidas por un profesional. Lo mismo sucede con algunas mujeres. Se quejan de que su hombre no les llena en la cama, no hay erección y hace imposible la penetración, e incluso pueden eyacular pero con el pene flácido, o bien algunos otros señores sí tienen erección pero su eyaculación es precoz, muy rápida y no le da tiempo a la mujer de alcanzar su propio orgasmo, dejándola frustrada y lógicamente enojada.

¿Aquí qué hay que hacer?

Inmediatamente y sin pensarlo dos veces, lo más prudente es acudir a un profesional de la medicina para descartar problemas orgánicos y en algunos casos se podría remitir a esos pacientes a psicoterapia humanista y/o de ser necesario incluso, estos podrían ser canalizados con un especialista en Sexología Trascendental. Los tratamientos de pareja suelen ser muy generosos y los resultados óptimos, y en verdad muy satisfactorios cuando la colaboración de la pareja es mutua.

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