La terapia de pareja sistémica - constructivista
La terapia de pareja sistémica constructivista se enfoca en la conducta de los cónyuges, su interacción y comunicación para clarificar sus errores y mejorar la sociedad conyugal. ¡Entérate!
Hoy en día se han incrementado considerablemente las consultas psicoterapéuticas derivadas de la fractura que existe en las sociedades conyugales mal llevadas dentro de los esquemas familiares, y también dentro de las relaciones interpersonales muy perturbadas; principalmente aquellas que no aceptan, ni quieren soltar los viejos moldes o modelos de educación y cultura. Desde allí, se hace necesario revisar detenidamente los aportes sistémicos de varios autores que han puesto de manifiesto dicha problemática psicosocial y han legado al servicio de la ciencia y de la humanidad sus conocimientos y sus teorías para resolverla.
Los antecedentes históricos de la psicoterapia de pareja, se remontan a finales del siglo XIX, con el acercamiento que se hizo a los estudios de sexología efectuados por el Dr. Alfred Kinsey, y es a partir de ese momento que se instaura la terapia sexual que empieza a tener un enorme desarrollo con la aparición posterior de la psicología conductual y posteriormente con el enfoque racional-emotivo de A. Ellis, respaldándose a toda esta línea de investigación a partir de la obra de William H. Master y Virginia E. Jonson (1966) los cuales desarrollaron un modelo más completo: El modelo Conductual y Cognitivo. Sin embargo este modelo recibió algunas críticas, considerándolo más que otra cosa, como una modalidad de la terapia de pareja (Simons y Cols, 1985).
Obviamente que el desarrollo de la sexología es un tema muy importante para la terapia de pareja, ya que ha puesto de manifiesto la importancia de vivir una sexualidad humana responsable en el contexto de la relación de pareja. Y no podemos dejar de lado el enorme mérito de la sexología que ha desarrollado instrumentos psicométricos destinados a la medición de diferentes aspectos de la sexualidad y la aplicación de algunas técnicas psicológicas derivadas de la terapia conductual, para tratar el caso de las disfunciones sexuales.
Sin embargo con el paso del tiempo la "orientación de pareja" y "orientación familiar", han pasado a convertirse en "terapia familiar", gracias a algunos autores como Sager (1966), Broderick y Scharader (1981), Navarro (1989) y Garrido, Moreno y Sánchez (1989) que consideraron que anterior a la terapia de pareja, era la orientación y asesoramiento matrimonial, actividad que se desarrolló al margen de la psiquiatría, a cargo de médicos, abogados y asistentes sociales interesados en resolver problemas estrictamente relacionados con el matrimonio y la vida familiar.
La terapia sistémica ha influido enormemente en la terapia de pareja, ya que se enfoca en la conducta de los cónyuges, es decir, en la interacción, la comunicación y el comportamiento humano; esta terapia incluye teorías del aprendizaje con aportaciones cognitivas y cabe resaltar justo aquí, la obra de Ackerman (1954), psicoanalista culturalista, que hace énfasis en la identidad individual y la identidad familiar. Este autor habla sobre la forma de cómo se caracteriza este interjuego de procesos entre combinación y al mismo tiempo diferenciación por el tema de las emociones dentro del sistema familiar y los procesos de individuación, modelo dinámico y humanista de terapia familiar. Pongamos un ejemplo:
La cultura: ¿De qué forma influye en las relaciones de pareja?
La formación de pareja es definida desde el psicoanálisis, como un fenómeno complejo precisamente por las diferencias intrapsíquicas que existen de manera consciente o inconsciente entre ambos cónyuges que no siempre se ponen de acuerdo: El hombre se siente controlado por la mujer, y la mujer se dice manipulada por el hombre "No me gusta que me bombardees con tantos mensajes y llamadas cuando estoy ocupada" y el hombre responde: "¿Entonces para qué te compré el celular si no vas a responderme las llamadas? Y aparte le choca que deje sus mensajes en visto y tampoco los conteste.
De ese tipo de conductas absorbentes que conllevan a una dependencia o co-dependencia emocional entre ambos cónyuges. Tan pronto la mujer está firmando su acta de matrimonio, el hombre la mira y ya está pensando: "Ay chiquitita, ya firmaste, ya te amolaste, ahora eres mía y vas a hacer lo que yo te pida" ¡Claro que no!, nadie le pertenece a nadie. Se puede seguir siendo individual, aún viviendo dentro de una relación de pareja ¿Quién dijo o dónde está escrito que no se pueda?
El matrimonio, civilmente está considerado como un contrato, un convenio, una sociedad conyugal que puede disolverse en el momento en que uno de los dos ya no quiera seguir. ¿Pero qué pasa en algunas sociedades arcaicas, demodadas, rancias y por demás caducas?, El hombre en su sistema de creencias, de verdad considera a la mujer como un objeto y no un sujeto. La considera como si fuera un trapo, un mueble, o una cosa de su propiedad y como tal, ella tiene que obedecer pedirle permiso hasta para ir a la tiendita de la esquina a comprar las tortillas…¡Por favor!
Costumbres, hábitos y estilos de vida milenarios que no permiten fluir ni funcionar a la pareja como sociedad conyugal igualitaria y lo peor de todo es que ese modelo le están enseñando a sus hijos. La madre no permite que su hijo varón agarre una escoba o lave los platos, ni planche una camisa. El marido es el primero que se sienta a la mesa y es al primero que le sirven la comida. Sociedad cultural de machismo y sumisión que viene extrapolándose de generación en generación desde el año del caldo.
No quieren entender marido y mujer que los tiempos cambian, que la vida cambia, que la gente cambia, que todo cambia con el tiempo y más aún con la actual revolución digital, la escuela inclusiva, la ciencia y la tecnología que ha cambiado tanto las cosas, pero que leyes obsoletas, siguen vigentes y marcando rumbos equivocados, donde no parece tener fin el conflicto de parejas desiguales que viven sometidas y abrazadas al miedo, a la duda, a la culpa y a la desconfianza; indicadores de un mal desarrollo cognitivo y de una invasión a los derechos individuales, donde a veces se pierde hasta la identidad personal y familiar.
En los últimos años la demanda de terapias de pareja ha aumentado considerablemente, pero por fortuna existen variados modelos de abordaje sistémico familiar constructivista para conducir a la clarificación de los problemas de la relación aunque esto conlleve a veces a la separación de los consortes que no desean luchar ya por conservar a su pareja y aquí la pregunta sería ¿Vale la pena entonces seguirle invirtiendo a esa relación? Amigo(a) lector(a) a ti te dejo la respuesta.
Referencias
Jaén & Garrido (2005). Psicoterapia de parejas. Editorial CCS. Madrid, España.
Medina M. (2004). El Enfoque sistémico construccionista: Consideraciones sobre su aplicación en el contexto de orientación profesional. Revista Científica Javeriana, Pontificia Universidad Javeriana. Colombia.
Las informaciones publicadas por Psico.mx no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psico.mx no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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