Silencios en la pareja, ¿Son la mejor solución?

Los silencios que duelen en las relaciones de pareja, tienen solución. No hay necesidad de alejarse, puedes gestionarlo a través del diálogo directo y ponerte en el lugar del otro. ¡Lucha por ser feliz ahora!

8 AGO 2023 · Lectura: min.
Silencios en la pareja, ¿Son la mejor solución?

El silencio como mecanismo de defensa en las relaciones de pareja, está muy de moda en la actualidad. Llega al grado de considerarse como la mejor y más rápida salida a las discusiones, como si esta actitud de ambos cónyuges arreglara las cosas, sin embargo, está comprobado que esto no es así, sino por el contrario ¡Las empeora!

Empezando por las diferencias que existen entre uno y otro, las parejas no son a veces tan parejas como ambos creían. Empezando por el tamaño de sus cerebros. El hombre, por ejemplo, generalmente suele ser pasivo, comprensivo, noble, aparentemente tolerante y tiene su cerebro de tamaño más grande porque su constitución fisiológica también lo es. La mujer, todo lo contrario, tiene su cerebro de tamaño más pequeño porque es más frágil y pequeña que el hombre, pero ella es un torbellino de actividades y al mismo tiempo que va manejando, puede ir maquillándose, hablando, dando instrucciones, discutiendo y hasta gritando mientras atiende el volante y las reglas de tránsito.

El hombre se enfoca en un solo objetivo, la mujer se enfoca en mil. No hay manera de pararla porque su naturaleza le da esa capacidad, esa habilidad, esa destreza, esa forma de funcionar tan desaforada a veces que, por abarcar mucho, poco aprieta, como reza una máxima por allí.

Tanto así que, con esa cabeza tan saturada, hasta suele olvidar las cosas, ¿Pues cómo no? Si quiere hacer todo al mismo tiempo y encima no permite que la interrumpan y menos que la censuren.

Allí es donde empiezan los problemas, y de hecho es justo allí, donde da inicio el tema de las relaciones de pareja dispareja o disfuncionales o fracturadas. Justo allí, en el no querer ceder ni reconocer, en el no querer otorgar concesiones al otro y esa tremenda necesidad (o necedad), de predominar, de controlar, de manipular la relación.

¿Y en una pareja que discute, quién debe de ceder?

El primero dice: ¿Y porqué tengo que ceder si yo tengo la razón? Pero resulta que el segundo también piensa lo mismo: "No, yo no tengo porqué pedirle perdón, el error no es mío, soy yo quien tengo la razón". Y es verdad ambos tienen su razón, ¡pero uno de los dos tiene que ceder! ¿Quién debe hacerlo? Se enfrascan en un silencio que duele. La pareja levanta muros que aprisionan sus gargantas, pasan días y semanas o hasta meses ¡Y de verdad que no se hablan!, como si el silencio fuera la mejor solución.

Ah, pero lo más curioso del caso es que ni se hablan, ni se atienden, ni se entienden, ni se miran, ni se tocan, pero siguen durmiendo juntos. Caray, ¿Cómo se llama eso?, ¿Orgullo? ¿Dignidad? ¿Amor Propio? ¿O, Capricho? ¡No te voy a hablar y así me las vas a pagar! Y qué chistoso, pero en la noche allí andan poniendo almohadas o palos de escoba en medio para que ni se le ocurra acercarse o me hago el o la dormida hasta que se apaga la luz.

Hay un absurdo en esos silencios que duelen. Conductas que afecta mucho a los dos, porque a pesar de todo se quieren, se aman, se necesitan, se extrañan. Puede haber incompatibilidad de caracteres, falta de comunicación, malos entendidos, silencios como castigo, pero a veces el que castiga al otro resulta que se castiga más a sí mismo primero porque le duele aplicar silencios y en el fondo está deseando que el otro rompa el silencio y le aborde con cualquier pretexto. ¡Se está muriendo por hablarle! pero no lo hace, se aguanta.

Entonces, el que debe ceder en una relación de pareja que discute, es aquel que es más objetivo, el que tiene más conciencia y va a romper el silencio aunque le duela, va a otorgarle una concesión a su pareja, aunque esta no tenga la razón ¡No importa porque la ama!, y ni con manzanas ni con palitos la va a convencer de que suelte su orgullo y admita que se equivocó. Le resulta muy difícil asumir responsabilidades afectivas porque quizá está acostumbrada a que siempre le dan la razón y es más fácil la práctica del mutismo selectivo, pero no se siente libre dentro de la relación de pareja.

El silencio en las parejas que discuten, se convierte en un escudo de protección: "No le hablaré y ya no me va a decir nada" y el otro piensa y hace lo mismo: "Le aplicaré la ley del hielo y cederá" Aquí los mecanismos de defensa están sustentados por el miedo. Los miedos también duelen como el silencio en las relaciones de pareja: Miedo a ser abandonados, exiliados, devaluados, desamparados. Miedo a que nos dejen o dejen de amarnos, miedo a perder su protección y amparo, miedo a perder su "amor" ¿Pero cuál amor?, si allí sólo vive el apego, el aferramiento, la dependencia emocional y cuando enojados nos abrazamos al silencio, lo único que lograremos será el descuido, el abandono o el silencio total.

¿No quieres entablar una buena comunicación para arreglar tu situación de pareja fracturada?, pues suéltale, déjale ir, dile adiós. Es mejor que seguir engañándote y pensando que las cosas se arreglarán por sí solas. Darle tiempo al tiempo –decimos- Pero el tiempo pondrá más distancia emocional o geográfica que complicará más las cosas. "No me voy, pero tampoco me quiero quedar en esta relación". Pues déjame decirte que a veces las parejas funcionan mejor como amigos que como pareja, conllevando a ambos a una saludable independencia de sus emociones y toma de decisiones óptimas y convenientes.

No es sano pues, pasarse la vida evadiendo, ni utilizando los silencios que duelen como única alternativa para el encuentro de las soluciones. Es cierto que a veces no estamos preparados tampoco para tomar decisiones inteligentes o si las tomamos lo hacemos con miedos e inseguridades, pero la mayoría de las veces optamos por quedarnos en nuestra zona de confort "más adelante, ahora no es el momento, no me quiero equivocar" ¡Pero siguen viviendo de forma equivocada! suponiendo para la pareja un importante problema social y de salud mental.

No te estanques, avanza hacia nuevos objetivos, busca alternativas, dialoga con tu pareja, escúchense, compártanse, pongan las cartas sobre la mesa, luchen juntos por su relación, hagan acuerdos de colaboración, trabajen en equipo y fortalezcan sus vínculos de Amor y Respeto que son índices de sana tolerancia. Toma sus manos, reactiven y refresquen sus promesas, salgan de la rutina que mata, apuéstenle a la vida todo lo que tienen y vivan intensamente todo lo que son en esencia, su luz, sus talentos, su ternura, sus caricias, su fidelidad, sus miradas, su fe… ¡Decodifiquen con sus miradas lo que sienten y desnuden su alma con profunda confianza, respeto y amor!, sin miedos, sin prisas y con la absoluta certeza de que nada ni nadie podrá separarlos. ¡jamás!

Referencias

Stamateas, Alejandra. (2015). Sé que puedo más. Editorial V&R Editoras. ISBN13 9786078614165. Editorial Urano, México.

Boira, et al. (2016) Miedo, Conformidad y Silencio en las relaciones de pareja en zonas rurales. Intervención Psicosocial. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=17984497300...

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Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

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