¿Por qué son tan difíciles las relaciones de pareja?

Cuando las personas se casan, supuestamente lo hacen para tener bienestar emocional, para ser felices, para formar una familia, tener hijos, tener un estatus ante la sociedad, un lugar en los grupos sociales, un reconocimiento pleno, incluso hasta en el área laboral, encontrando por fin un eco a su identidad personal, una identidad familiar y una identidad social.

¿Pero qué está pasando en estos tiempos modernos que tan pronto las parejas abordan el sagrado matrimonio, sea de unión libre o legítimamente constituido y antes del año ya están solicitando a gritos por su divorcio de manera urgente?

Es triste encontrarse con hombres y mujeres que no saben a veces ni lo que quieren, o sienten, o buscan o esperan de sí mismos y menos de sus parejas. Viven a la buena de Dios, o a la deriva de las circunstancias, preocupados por sus sentimientos, por su sexualidad, por su falta de empleo, por su dependencia económica, y hasta por su afán de quedar bien o de complacer a los demás etc. Sin tomar en cuenta la importancia que reviste como prioridad, asomarse un poco a sus propios corazones e identificar qué están haciendo con sus vidas, qué es lo quieren para sus valiosas vidas, y en qué dirección las están desplazando.

Sabemos que la piel tiene su propio lenguaje, así como el silencio, pero a veces a la piel también se le acaba el amor, el cariño y el respeto que son índices de sana tolerancia y el silencio mudo, a veces dice más que mil palabras.

El silencio incluso también es un lenguaje que dice mucho dentro de las relaciones de pareja fracturadas.

Entonces allí justamente convendría detenerse y analizar con sinceridad qué está pasando, para poder buscar soluciones

• ¿Será que desde el noviazgo no se había identificado la falta de compatibilidad entre los dos?
• ¿Quizá ambos ya se habían dado cuenta, pero siguieron adelante con su noviazgo y así se casaron?
• ¿Creyeron acaso que estampando la firma en un papel se arreglarían las cosas? ¡Grave error! Porque una firma en un papel no determina, ni garantiza nada, mucho menos la felicidad.

En los sistemas parentales es imprescindible aprender a poner límites, no confundir los roles con el proyecto de vida en las relaciones de pareja, asumir responsabilidades de generar conexión entre ambos cónyuges, porque es precisamente en la interconectividad, llamada también intimidad donde se conecta con elementos físicos, químicos, emocionales, eróticos. Es importante generar conexión y vínculos saludables, no solo en los aspectos de sexualidad humana sino en los valores que queremos heredar a nuestros hijos y a nuestras familias, y desechar todos los arquetipos históricos tan dominantes de control, de generaciones anteriores. Machismo y sumisión, son aspectos socioculturales desfasados en el tiempo, demodados, rancios y caducos que ya no tienen razón de existir y que no tendrían por qué destruir vínculos actuales de responsabilidad afectiva y de honestidad en las relaciones de pareja.

Quizá sería oportuno mencionar aquí y ahora, que la toma de conciencia en la pareja se hace urgente y necesaria para salvar el matrimonio, es responsabilidad de los dos como una sociedad conyugal que ahora, ya son. Pensar alto y sentir claro "No hay nada malo en ti, pero sí hay algo que has hecho equivocado", es el modo en que te has estado relacionando con tus pensamientos, y peor aún si se trata de pensamientos invasivos no deseados.

Cuidar la salud mental en las relaciones de pareja, se convierte en un elemento luz, que podríamos denominarlo "Oro molido". Enseñarle a tu pareja a pensar, sentir y actuar con objetividad. Dejar de lado las necias fantasías y que por arte de magia los problemas de pareja se van a arreglar por sí solos ¡Qué absurdo pensarlo así! Y a parte eso es perder el tiempo miserablemente en vez de aprender a usar la inteligencia emocional y darse cuenta que hombre y mujer son entes diferentes, piensan diferente, perciben diferente, asimilan diferente e interpretan diferente las cosas. No hay dos cabezas que piensen e interpreten igual; por lo tanto, se convierte en una necia fantasía exigirle al otro, lo que no soy capaz de darle. Si tu pareja no cumple con tus expectativas, bájale dos rayitas a tus expectativas y punto. ¡Deja ya de victimizarte!

Cuando ustedes se conocieron

• ¿Qué fue lo que te gustó de tu pareja?
• ¿Qué fue lo que te enamoró de ella o de él?
• ¿Fueron acaso sus ojos, su mirada? ¿Su apariencia?, ¿El tono de su voz? ¿La forma en que te trató, su ternura?
• ¿Hubo química, atracción, excitación y erotismo entre ustedes?

¡Genial! Pero ahora piensa:

• ¿En qué parte del camino se extraviaron?
• ¿Por qué ahora te molesta tanto lo que hace, lo que dice, lo que piensa y hasta cómo ronca ¡Por favor!
• ¿Se rompió acaso todo el encanto del ayer y ahora quieren hasta despellejarse vivos? ¡Caray, cómo han cambiado las cosas!

Sin embargo, no hay ninguna necesidad de desgastarse emocionalmente tratando de cambiar a tu pareja o esperar a que por sí mismo él, o ella trate de cambiar. Sino darse cuenta de que no han aprendido a comunicarse óptimamente. Quizá el problema de ustedes no es por falta de amor, sino por falta de comunicación. Sentarse a platicar serenamente y poner las cartas sobre la mesa, poner reglas, normas, estatutos, hacer acuerdos de colaboración, decirle lo mucho que te afecta su conducta y preguntarle si le será posible modificarla, bajarle dos rayitas, para que no afecte las dinámicas de pareja. ¡Ah, pero poniendo el ejemplo primero!, si reconoces que algo no está bien en ti y eso le afecta a tu pareja, tendrás que poner de tu parte y modificarte. Es decir, "no hagas al otro, lo que no deseas que te hagan a ti", saber que no se trata de una competencia, sino de hacer labor de equipo en beneficio de los dos. Tú ganas, él gana, tú pierdes, pierden los dos. ¿Quieres intentarlo?

Referencias

Sanz, Fina (2015). Hombres con corazón. Universidad Autónoma Nacional de México. Editorial Kairos S.A. Barcelona, España. 

Winston & Seif. (2017). Guía para superar los pensamientos atemorizantes, obsesivos e inquietantes. Editorial Sirio, S.A. Málaga, España.

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