Sobre la Ley de causa y efecto (parte 1)

Tus acciones regresan como las aves a sus nidos. Tus malas acciones te golpearán en en la cara como una roca lanzada al sol.

23 ENE 2019 · Lectura: min.
Sobre la Ley de causa y efecto (parte 1)

Nunca rechaces una experiencia. Sortea los obstáculos. Sabe que nunca fuiste lo que eres ni lo que serás. Tus acciones regresan como las aves a sus nidos. Tus malas acciones te golpearán en la cara como una roca lanzada al sol. Tus actos, buenos y malos, te dan las ropas para presentarte en la morada de los dioses. Buenos ropajes te darán mejores lugares.

Vivimos en un mundo que está tan restringido por leyes, patrones, políticas, tradiciones, que es un instinto natural buscar algún escape de la dominación de las circunstancias externas.

Todos tenemos una idea de que existe algún lugar o algún momento en el que podremos hacer lo que deseemos sin restricción. Donde las circunstancias no nos forzarán de ningún manera.

La psicología establece que la vida interna de los individuos está regida por ciertas reglas de las cuales es imposible escapar. Hay una diferencia entre las leyes de la vida exterior y las leyes de la vida interior, en la vida exterior, estas leyes fueron creadas de manera arbitraria, pueden ser confusas o tendenciosas y no se ajustan a las necesidades de los individuos, estas leyes fueron creadas para los grupos, y los individuos aparecen como víctimas de esta circunstancia colectiva.

Podemos asumir que la vida interna del individuo no está regida por esas leyes arbitrarias, está regida por leyes diferentes. Operan constantemente y están basadas en leyes naturales. Nunca han sido cambiadas ni han sido sujeto de debate, estas leyes son la manera más inmediata de notar el equilibrio que existe en el universo. El hombre en su interior debe confiar en las leyes del universo así como en el exterior debe confiar en las leyes hechas por el hombre.

El hombre aprende gradualmente que sus emociones, pensamientos, ideas y opiniones son sujeto de una forma de supervisión. En todas las religiones, las penas son divididas en dos tipos, unas son los crímenes que son atentados en contra de las leyes exteriores y las otras son pecados, atentados en contra del espíritu, y la estructura metafísica de principios por los que vive.

La filosofía reconoce la operación del principio de Causa y Efecto en la vida psicológica del hombre, los hindúes lo nombraron Karma, un principio que cuida de la responsabilidad humana. Karma es la ley de causa y efecto aplicada a la operación física, mental y emocional del hombre. Cuando el individuo cae en un patrón de castigos debido a su propio comportamiento es una manifestación de Karma. Naturalmente el Karma depende de un sólo factor, el poder que tiene el hombre de tomar sus propias decisiones. Si no fuera capaz de elegir una causa de conducta de acuerdo a su consciencia no podría existir el Karma, sin embargo su cuerpo y su existencia seguirían sujetas a la ley de causa y efecto.

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Nuestros pensamientos y emociones están bajo una ley de la cual somos responsables, y si violamos esa ley, pagaremos consecuencias, así como pagamos consecuencias si rompemos las leyes externas. Para la mayoría de las personas es difícil reconocer que existe un patrón de pensamientos y sentimientos, perciben muy poco orden y organización en su vida interior, les gustaría tenerlo, saben que es posible, creen que sería bueno pero no ejercitan los procesos que pueden crear ese orden. Se levantan en la mañana con un montón de pensamientos, van por el día realizando conjeturas, decidiendo, gustando de ciertas cosas, odiando otras, deseando estar en otro lugar, no enfocando sus mentes a aquello que están haciendo al 100%, van por el día navegando y es difícil que puedan notar que esto los está condicionando a ciertos problemas.

Los pensamientos, las emociones tienen una fuente, surgen de un lugar que hace posible su existencia, y hay poca relación con esa fuente tan poderosa. El hombre debe identificar la relación entre la ley y sus pensamientos y emociones. La ley de causa y efecto opera en correlación con otras leyes, pero esta puede ser separada para darle énfasis como trabajo personal.

La filosofía de la vida tiene que partir de la filosofía de vivir, la ley opera desde lo más remoto y aplica a todos los campos de la existencia. Plantea que todo tiene un propósito, que todo lo que está ocurriendo tiene un propósito que se revela a sí mismo, que tiene una preexistencia en todo aquello que se conjuntó para esa manifestación. No hay nada inmune a esta ley y no hay nada mayor que esa ley y no hay nada que se atreva a romper esta ley, porque si esta ley es rota, la pena es inevitable.

Te invitamos a seguir leyendo la segunda parte de este tema

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Escrito por

Oscar Javier Garay

Durante los últimos 10 años ha conjugado el Psicoanálisis y la consultoría para desarrollar equipos de alto rendimiento. Psicoanalista por la Nueva Escuela Lacaniana de Argentina, es miembro activo del Neurosciences Institute de Stanford. A lo largo de su carrera ha sido coach de más de 2000 personas además de impartir conferencias sobre desarrollo personal y profesional.

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Comentarios 1
  • Elsa Orozco

    Me gustó y disfrutó mucho lo s post

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