Las 7 verdades sobre la depresión que deberías saber

La depresión es un trastorno mental que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero el estigma, los mitos y la falta de conocimiento siguen siendo barreras para el tratamiento de quien la sufre, haciendo con que la depresión no tratada sea potencialmente mortal. Por otro lado, informarse sobre el tema puede salvar vidas. 

Te presentamos abajo 7 hechos sobre los trastornos depresivos que todos deberíamos saber.

1. La depresión no siempre tiene un motivo aparente

A menudo las personas se deprimen porque han pasado por un período complicado como, por ejemplo, la pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido o la ruptura de una relación de pareja. Pero a veces no hay un motivo evidente para la depresión. En estos casos, lo que pasa es que las sustancias químicas del cerebro que son responsables del control de nuestro estado de ánimo pueden estar desequilibradas. Esto hace con que la persona se sienta realmente mal mismo cuando todo en su vida va bien. 

2. Muchos factores pueden causar depresión

Las causas de la depresión aún no están totalmente comprendidas, pero los expertos creen que el trastorno se debe a una combinación de factores. La predisposición genética sumada a factores ambientales pueden actuar como desencadenantes. Pero hay otras causas. 

De acuerdo con innúmeros estudios, tener uno de los padres o de los abuelos con depresión aumenta el riesgo, lo que sugiere que la genética juega un papel importante. Las tasas de depresión también son más altas entre las personas con antecedentes de consumo de drogas. 

Otros factores relacionados con la depresión incluyen: 

• Desequilibrio químico en el cerebro: la depresión puede estar relacionada a un desequilibrio en los neurotransmisores responsables por regular el estado de ánimo, como la serotonina, la dopamina y la noradrenalina. Según los expertos en el tema, tener demasiado o muy poco de estas sustancias puede causar o contribuir a la depresión.
• Hormonas: cualquier cambio en la producción o en la función de las hormonas generados, por ejemplo, por el embarazo, la regla, la menopausia o problemas de tiroides pueden contribuir a la depresión.
• Estrés y trauma: la muerte de una persona cercana, los traumas, los abusos físicos y psicológicos y los grandes cambios en la vida (como el divorcio o la pérdida del empleo) pueden desencadenar la depresión. Los investigadores atribuyen esto a los altos niveles de la hormona cortisol secretados durante períodos estresantes y traumáticos.

3. Estar triste no es lo mismo que tener depresión

Así como la alegría, la tristeza hace parte de nuestra vida y es una reacción natural a circunstancias dolorosas. En muchos momentos, todos nos nos sentimos tristes y desanimados. Sin embargo, la depresión es una enfermedad que no pasa sin tratamiento y que presenta una serie de signos reveladores, que incluyen: 

• Sentimiento permanente de tristeza o estado de ánimo “vacío”.
• Inquietud y irritabilidad.
• Sentirse ansioso, desesperado o indefenso.
• Pérdida de interés por actividades que antes disfrutaba.
• Disminución del deseo sexual.
• Fatiga constante y baja energía.
• Problemas de concentración y memoria.
• Dificultad para tomar decisiones.
• Problemas de apetito. Pérdida o gano excesivo de peso.
• Síntomas físicos como dolor de cabeza, mareos, dolor de estómago que no pasan con medicamentos.

4. Los niños no están inmunes a la depresión

La gente suele creer que la infancia es siempre una fase feliz y sin preocupaciones. Se tiende a minimizar ciertos problemas de la niñez por pensar que tiene poca experiencia de vida para sufrir de algún conflicto que tenga importancia. 

Sin embargo, la depresión infantil es un problema real y debe ser tratado. De entre los múltiples motivos que puede derivarlo, se encuentran: 

• Educación demasiado estricta y el niño no aguanta tanta presión.
• Cambio de escuela o de ciudad.
• Bullying o acoso escolar.
• Primer enfrentamiento con la muerte de alguien cercano.
• Vivir en un entorno de violencia intrafamiliar.

Los síntomas de la depresión infantil pueden confundirse con una enfermedad física, por ejemplo, que les duela el estómago y el médico lo revise y no tenga nada, por lo que debemos estar atentos. 

5. La depresión es una enfermedad real

La depresión no es un signo de locura,  de debilidad ni tampoco de fragilidad. Es una enfermedad real y debe ser tratada. Los investigadores creen que es causada principalmente por desequilibrio en los neurotransmisores que desempeñan un papel importante en la regulación de nuestro estado de ánimo. Entre ellos, los principales son: 

• Serotonina: ayuda a regular nuestra sensación de bienestar general.
• Dopamina: ayuda a regular la memoria, las emociones y la motivación.
• Norepinefrina: ayuda el cuerpo a reaccionar en situaciones de tensión y estrés.

6. Es una enfermedad tratable

Existen varios tratamientos muy efectivos para la depresión, que incluyen medicamentos y psicoterapia. Desde el punto de vista de la terapia, la terapia cognitiva conductual presenta excelentes resultados. Algunos psicólogos compaginan esta terapia con hipnosis o con EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing), que utiliza la estimulación bilateral para controlar el trastorno.

Cambios en el estilo de vida también son muy importantes para ayudar a aliviar los síntomas de la enfermedad. Mejorar la dieta, hacer ejercicios físicos y añadir actividades placenteras en la rutina son algunas estrategias que pueden fomentar el bienestar de quien tiene depresión. 

7. La depresión no tratada es la causa más frecuente de suicidio

De acuerdo con la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales, el 45% de los que se suicidan sufren algún tipo de enfermedad mental. Esto incluye a personas con depresión no diagnosticada, no tratada o mal tratada. 

Por esto, si alguien que amas muestra signos de depresión es fundamental saber cómo actuar. Es importante:

• Decir que le importas.
• Ser empático.
• No criticar.
• Tener paciencia.
• Saber escuchar.
• Evitar juzgar.
• Aportar ideas positivas para que logre afrontar poco a poco la depresión.
• Ser comprensivo y exponer las posibles soluciones, pero sin hacer presión.
• Mantener contacto.

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