Detrás de la ansiedad se esconden unas inmensas ganas de vivir

La ansiedad es un tipo de emoción especial ¿por qué? a veces, es tan fuerte que nos obliga a una serie de estrategias terapéuticas completamente inadecuadas y en ocasiones ineficaces.

Tipos de ansiedad

Una primera forma es esa sensación desagradable que nos asalta de repente y nos hace temer que algo malo e inevitable pueda suceder de un momento a otro y que no podamos enfrentar. Este algo que no podemos describir, no tiene características, precisas, concretas.

Una segunda forma es ese pensamiento que, a veces, nos asalta y nos enfrenta al hecho de que todo lo que hacemos, los sacrificios que tenemos que afrontar y la fatiga que soportamos, no tiene sentido ante la inevitabilidad de la muerte; esta forma se convierte a menudo en un verdadero miedo a morir y a morir pronto.

Una tercera forma, muy desagradable, es la de un intenso miedo a estar solo y a no poder afrontar las dificultades de la vida. Una especie de sensación de irrealidad nos invade y nos hace temer que algo más poderoso que nosotros e imposible de enfrentar se avecina en nuestras vidas.

Finalmente, la última forma, es la de una ansiedad genérica, sin matices, un estado de alerta continuo que no podemos entender ni denotar, la llamada "ansiedad sin objeto".

¿Qué esconde realmente esta ansiedad?

Puede parecer paradójico, pero detrás de la ansiedad se esconde una inmensa voluntad de vivir.

Así es: la voluntad de vivir es la causa de esta ansiedad.

No nos damos cuenta. No nos damos cuenta porque el impulso vital que está dentro de nosotros se manifiesta de manera negativa.

Nuestro cerebro trabaja para sacudirnos desde los cimientos y quiere que entendamos que estamos excluyendo de nuestra existencia algo que necesitamos absolutamente. Puede ser un deseo reprimido, una sexualidad insatisfactoria, sentimientos que no podemos manifestar como quisiéramos, un deseo de libertad, formas particulares de ser, metas no cumplidas y más.

La atmósfera negativa que sentimos, la sensación de muerte y peligro, nos dice en realidad que estamos descuidando una parte vital de nosotros mismos, y que si continuamos haciéndolo nos enfrentaremos a graves consecuencias, incluso a la más grave depresión.

¿Cómo curar y hacer desaparecer este sentimiento?

La respuesta está en lo que acabo de decir: si estamos descuidando algo vital, es necesario que ese algo resurja y que tomemos posesión de él para que nos demos cuenta.

En primer lugar, lo más equivocado sería recurrir a las drogas psicotrópicas. Esto sólo enturbiaría el problema, que permanecería y ganaría aún más fuerza, haciéndose cada vez más grande. No estoy diciendo una teoría, lo que acabo de decir está ahora plenamente reconocido por la comunidad científica.

Con las drogas psicotrópicas sólo seguiríamos ocultando el verdadero problema y, como nunca podremos entenderlo, ni siquiera podremos resolverlo. Debemos dejar que esta ansiedad nos sobrevenga, no debemos combatirla como un síntoma de una enfermedad. Deje que se desahogue y comprenderemos lo que hay detrás.

Una vez que entendamos el problema, podremos enfrentarlo y resolverlo y la ansiedad desaparecerá como por arte de magia y definitivamente.

¿Es necesario el apoyo psicológico?

Puede ser, pero hay que tener cuidado de que la ayuda sea efectiva, en el sentido de que la ansiedad debe desaparecer en muy poco tiempo, de lo contrario hay que cambiar de terapeuta y de tipo de ayuda. Nunca, como en este campo, es necesario que el ayudante sepa lo que hace. A estas alturas ya existen técnicas psicológicas capaces de hacer que la gente entienda lo que hay detrás de esta ansiedad y actúe antes de que tome formas patológicas.

Y, para concluir, debo, sin embargo, señalar el gran problema que la persona puede tener que enfrentar una vez que el problema se resuelva y que causa ansiedad. Me refiero al miedo al cambio. Ya he hablado de la emoción.

Cuando una persona ha comprendido lo que es necesario para resolver la ansiedad, no lo pone en acción, por miedo a posibles cambios en su vida. Es precisamente aquí donde el psicólogo debe ser capaz de ofrecer el apoyo necesario para cambiar, para hacer que esta ansiedad desaparezca para siempre.

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