¿Cómo se relacionan las emociones y las enfermedades?

¿Pero por qué pasa esto?

Primero que nada definamos qué es una emoción.

A una emoción la vamos a entender como un proceso que se activa cuando el organismo detecta alguna amenaza, peligro o desequilibrio con el objetivo de poner en marcha los recursos que tenga el individuo a su alcance para controlar dicha situación (Fernández-Abascal y Palmero, 1999; citado en Pérez, 2020).

Dicho de otro modo, según Daniel Goleman en 1995 las emociones son impulsos para la acción.

Y esto se complementa con lo dicho por Freud en 1901 la emoción contiene dos elementos:

1. las descargas de energía física
2. los sentimientos (percepciones de las acciones motrices que se producen y sentimientos de placer o desagrado que dan a las emociones sus características esenciales) (Longo, 2019).

Por lo tanto esto nos habla de la relación que hay entre nuestra fisiología y nuestras emociones. A diario manifestamos emociones tales como: alegría, sorpresa, tristeza, asco, miedo, e ira, y son completamente naturales que las expresemos ya que es una manera de comunicar lo que sentimos, y están dadas también por las experiencias y aprendizajes previos que hemos adquirido.

Poniendo un ejemplo, en nuestra casa o en nuestro trabajo en algún momento nos hemos estresado ya sea por la carga de actividades o por la duración de nuestra jornada y podemos terminar tan agotados que por la noche podemos tener tensión muscular, problemas gastrointestinales y migrañas que nos imposibilitan seguir al otro día, habrá personas a las que no les afecte y habrá otras que sí y comiencen a enfermarse.

Lo que nos lleva al siguiente punto,

¿Qué es lo que ocurre cuando nos enfermamos?

De acuerdo a la OMS la enfermedad se define como aquella "alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible".

Cuando nos enfermamos, además de tener repercusiones fisiológicas también existen las psicológicas, ya que nosotros externamos emociones dependiendo de las circunstancias de nuestra enfermedad, por ejemplo: la gravedad y tipo, duración, síntomas, cómo se recibió la noticia, con qué redes de apoyo contamos en ese momento, etc.

Todo este catálogo de factores impacta directamente en cómo nos sentimos y entorpece nuestra recuperación y además se reduce la eficacia del tratamiento que nos brindan.

El psicólogo Robert Ader en 1990 refirió que existe una sobreactivación de los sistemas inmunológico, neuroendocrino (hormonas) y nervioso por la duración de una emoción, por tanto como sabemos el sistema inmune nos protege de agentes externos que pueden enfermarnos y si eso se ve afectado por nuestras emociones, este se deprime y ya no nos defiende de igual manera.

Por eso es importante que te acerques a un profesional de la salud mental en caso de que sientas que la situación te está rebasando y que no te sientas capaz de enfrentarlo. Recuerda que para gozar de una buena salud física o para recuperarse de una enfermedad, mentalmente y emocionalmente debes estar bien.

Cuida tus hábitos

• Duerme bien
• Aliméntate bien
• Haz ejercicio
• Socializa
• Acude al médico y al psicólogo

Referencias

D. Goleman. (1995). La inteligencia emocional. Editorial Vergara. México D.F.

Freud, S. (1901). Psicopatología de la vida cotidiana. Alianza editorial. Madrid.

Longo, B (2019). Enfermedades y emociones:relación y causas

Pérez (2020). Relación entre emociones y enfermedad. Una reflexión desde la psicología de la salud. Salud Esfera Weekly. Recuperado de: https://saludesfera.com/2020/07/27/relacion-entre-emociones-y-enfermedad-una-reflexion-desde-la-psicologia-de-la-salud/

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