​Los ataques de pánico no son iguales para todas las personas

Es probable que ante la llegada de un examen o ante un momento importante en tu vida, al saberlo inmediatamente comiences a presentar síntomas como sudoración, palpitaciones...

26 OCT 2018 · Lectura: min.
​Los ataques de pánico no son iguales para todas las personas

Ante un ataque de pánico, la mayoría de las veces, he incluso lo logramos ver en la pantalla grande a través de películas, la persona comienza a jadear, se agarra el pecho y respira de forma pesada. De ser posible, se toma una bolsa de papel para respirar en ella y lograr calmarse. ¿Te ha ocurrido lo mismo? Claro que no, hay diferentes experiencias cuando se presenta un ataque de pánico.

El ataque de pánico no siempre se presenta de la misma forma para toda las personas. Cada uno vive su experiencia. Es probable que ante la llegada de un examen o una exposición importante en tu vida, al saberlo inmediatamente comiences a presentar síntomas como:

  • Sudoración
  • Palpitaciones
  • Sensación de asma
  • Escalofrío

El ataque de pánico va más allá de un simple susto, es una advertencia ante un problema con el que no podemos lidiar y tememos. Esta reacción es de forma física.

El ataque de pánico sucede porque la amígdala envía una señal al hipotálamo, el cual se encarga de liberar una gran cantidad de hormonas a fin de preparar el resto del cuerpo ante una reacción. Es una reacción que nuestro cuerpo se encarga de realizar para luchar contra algo que se considera peligroso, nos hace reaccionar como si fuéramos unos locos.

Esta gran cantidad de hormonas provoque el corazón incremente en su número de palpitaciones, casi de manera violenta. La presión arterial aumenta los sentidos. Pero también se suele acompañar de otros síntomas físicos, todo con el fin de poder responder ante un peligro. Pero esto no solamente alerta de peligro, sino que el hipocampo, que se encuentra ubicado cerca de la amígdala, es el responsable que se encarga de almacenar las experiencias y las emociones, lo cual significa que ante un recuerdo que nos han generado trauma esos recuerdos comienzan a manifestarse y desencadena una respuesta.

¿Ataque de pánico o ansiedad?

Si observamos a esta última desde una perspectiva evolutiva, los síntomas físicos tiene más sentido. La conexión que existe entre el intestino y el cerebro son muy fuertes, de ahí que se explica la náusea, el vómito.. Esto puede llegar a prolongarse ante un ataque de pánico, en especial cuando nos encontramos en un estado de hiper-excitación extrema.

Todas las personas nos expresamos de diferente forma, lo mismo sucede con nuestras emociones y con los ataques de pánico.

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La manera en cómo reaccionamos puede afectar a nuestro intestino, incluso trastornos como el estrés, depresión o la ansiedad se encargan de cambiar la función de nuestro intestino, provoca que este se contraiga, se mueva. El trastorno de ansiedad, por ejemplo, se encarga de provocar inflamación en el destino y ello no se hacen vulnerables a padecer una infección. Después de algún pequeño malestar emocional, es común observar y sentir dolor de estómago, náuseas o vómito.

Sin embargo, existen pacientes que saben identificar y entender su ansiedad y expresan sus emociones. Hay personas que sometidos a una gran carga de estrés, ellos están educados para decir que no padecen nada. En su vocabulario no podemos encontrar "me siento estresado". Esto suele suceder porque quizá en su crianza se desarrolló en un ambiente donde han experimentado fuertes emociones, por ejemplo, pudieron presenciar el ataque al corazón de alguien. La mente no deja de sorprender, es muy poderosa, pero siempre tratará de expresar algún dolor cuando se vive una experiencia emocional.

Son muchos los síntomas físicos que se presentan en la ansiedad y también personas que sufren con ella, y por ello tienen que soportar dolor, bochornos e incluso problemas estomacales como la diarrea; pero poco a poco estas personas van aprendiendo de sus síntomas y para ellos es normal experimentar estos síntomas que acompañan a la ansiedad, sin importar lo extraño que parezca.

Si la persona reconoce sus síntomas y aprenden a vivir con ellos, lograrán que su experiencia sea menos complicada.

Es importante que las personas aprendan a encajar acorde al trastorno que padece. Podrás presentarte con diarrea, escalofríos y sufrir bochornos, pero no se trata de una enfermedad estomacal o de una fuerte infección, podría ser un ataque de pánico prolongado; pero no hay de qué preocuparse, son indicios de que podrías acudir a consulta psicológica. Como lo mencionamos en el párrafo anterior, es mejor aceptar los síntomas que acompañan a los diferentes trastornos. La aceptación incluso te ayudará a sentirte aliviada. Sin embargo, desafortunadamente estos síntomas siempre te acompañarán de un ataque de pánico, ante un trastorno de ansiedad, estrés; pero es importante saber que esto forma parte de lo normal ante tu propio trastorno. 

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psicólogos
Escrito por

Ana Delgadillo Almeraya

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