"Morir juntos": La perspectiva psicoanalítica del suicidio en pareja.
El objetivo del presente artículo es revisar de manera breve algunas de las fantasías inconscientes involucradas en el suicidio en pareja.
Como se revisó en el artículo anterior, las propuestas teóricas de Freud al tema del suicidio han sido contribuciones que han permeado el campo psicoanalítico desde su aparición hasta nuestros días. Freud descubre que existen múltiples elementos psicodinámicos interactuando en un suicidio. Esto nos plantea la posibilidad de entender al suicidio como un acto determinado por varios factores y motivos. El narcicismo, la culpa, los autocastigos y autorreproches, el odio y los deseos homicidas, el sadismo y masoquismo, los procesos identificatorios del yo con objetos amados perdidos y las pulsiones autodestructivas y de muerte son algunos elementos que Freud identificó como parte del problema del suicidio.
Además de estos elementos, Freud señaló algunas características propias de la condición humana que, al menos en occidente, hacen al individuo especialmente vulnerable al suicidio. Como se vio en el artículo anterior, una de estas condiciones es la pulsión de muerte. De acuerdo con este planteamiento de Freud, los instintos agresivos son dirigidos hacia fuera (como en el caso de la guerra), mientras que los instintos destructivos son dirigidos hacia adentro. Este propuesta teórica nos da la posibilidad de entender al suicidio como una manifestación de este instinto destructivo, dirigido hacia el propio yo.
Otra característica de la condición humana es la división del yo, la cual es inevitable ya que en la infancia el ser humano depende de los padres para sobrevivir, formándose en el yo identificaciones con estos objetos externos.
Por último, los grupos e instituciones (la familia y la civilización) son responsables de proporcionar un elemento de culpa y obediencia en cada uno de sus miembros (Litman, 1970).
Los elementos antes mencionados están presentes en suicidios individuales, los cuales involucran ciertos mecanismos específicos, como son el derrumbamiento de las defensas yoicas y la liberación de energía pulsional destructiva. Entre los ejemplos más comunes que encuentra Freud destaca la pérdida de objetos significativos, en especial de aquellos que fueron abordados con un amor de corte narcisista, los afectos desbordados como la ira, la culpa, la ansiedad o una combinación de estos, la división del yo acompañada por una decatectización de muchos de sus elementos, causando la afronta de una parte del yo con el resto de elementos, y una actitud suicida basada en la identificación con algún objeto con tendencias suicidas.
Sin embargo, durante esta época no solamente Freud estaba pensando y teorizando acerca del problema del suicidio. Adelantándose incluso a "Duelo y melancolía", Ernest Jones presentaba aportes importantes al entendimiento de los procesos y fantasías psíquicas que se ponen en juego en el suicidio en parejas y en los casos de homicidio-suicidio. Así mismo, ya desde 1910, Sadger proponía la idea de que el impulso a morir junto con el ser amado, es decir, el compartir la muerte, tenía un profundo significado psicoanalítico. [1]
Hypnos y Thanatos: el deseo de dormir y el deseo de morir en pareja
El significado psicosexual del deseo de muerte fue estudiado a fondo por Freud, quien identificó las fantasías masoquistas involucradas en éste. Sin embargo, el deseo de morir en pareja presenta otros elementos y fantasías inconscientes de gran relevancia para el entendimiento del suicidio en pareja.
El primero de estos elementos a considerar sería la creencia en la existencia de una "otra vida" después de la muerte, un lugar donde todos los deseos que fueron negados en vida pueden ser otorgados y alcanzados. Esta idea, obviamente, presenta una fantasía de cumplimiento de deseo, la cual es sustentada por la religión y por la cultura occidental. Dicha idea toma gran relevancia en la vida del ser humano, en especial en tiempos donde su vida está marcada por el dolor y la insatisfacción. Esta idea también está presente en el deseo de morir con la pareja.
El segundo elemento tiene que ver con el deseo de morir con la pareja. Sadger propone que el deseo de morir en pareja es equivalente al deseo de dormir con la pareja, siendo esta pareja, originalmente, la madre.
En esta fantasía se puede observar que el deseo de morir en pareja y el deseo de dormir con la madre son equivalentes en la fantasía inconsciente. A este respecto, Ernest Jones menciona que no es casualidad el hecho de que en la mitología griega, el dios del sueño Hypnos y el dios de la muerte Thanatos, sean hermanos (es común, por ejemplo, referirse de manera poética a la muerte, como "el sueño eterno").
En su artículo de 1911 "On Dying Together", Ernest Jones hace mención a un trabajo monográfico de Sadger el cual hace referencia al homicidio-suicidio llevado a cabo por el poeta Heinrich Von Kleist.
Bernd Heinrich Wilhem Von Kleist (1777-1811) fue un dramaturgo y poeta, estudiante de leyes y filosofía, quien al final de su vida, debido a la pobre aceptación de algunos de sus escritos, desarrolló una obsesión enferma por una mujer llamada Henriette Vogel. Los datos biográficos y clínicos presentados por Sadger apuntan también a que Kleist sufría posiblemente un trastorno bipolar. El 11 de noviembre de 1811, Heinrich von Kleist asesina a Henriette Vogel en las orillas del lago Wannsee e inmediatamente después, se quita la vida.
El mismo Von Kleist, en uno de sus textos, escribe lo siguiente:
"Debo confesarte que su tumba es más querida por mí que las camas de todas las emperatrices del mundo." (Jones, E. 1911).
Estas palabras de Von Kleist, junto con el acto de homicidio-suicidio, confirman plenamente la propuesta teórica de Sadger.
Un tercer elemento a considerar es la fantasía de que la muerte es un renacer, un regreso al cielo o paraíso de donde provenimos. Ciertamente, en esta idea, el paraíso de donde provenimos no es otra cosa mas que el vientre materno. Por tanto, en el deseo de muerte también está incluida la fantasía de regresar al vientre materno, de reunirse nuevamente con la madre. Para entender este punto, debemos retomar la idea de que el deseo de morir en pareja esconde la fantasía de dormir (y acostarse, sexualmente) con la pareja. Al tomar esto en cuenta, queda claro que la fantasía de regresar al vientre materno (de unirse con la madre), lleva la intensión de que esta unión, sea de tipo sexual.
Además de los elementos anteriormente tratados, Jones propone que existen también aspectos necrofílicos, sádicos y coprofílicos involucrados en el deseo de morir en pareja. En ese sentido, el deseo de que la pareja muera y el deseo de acostarse sexualmente con la pareja, implica la idea de que se desea copular con un cadáver. Este objeto sexual representa un objeto perfecto para actuar una sexualidad sádica, en el sentido de que un cadáver es un ser humano indefenso que además de no oponer resistencia alguna, no puede quejarse y es por siempre fiel. Implícita también está la idea de que un cadáver es insaciable sexualmente.
Las tendencias necrofílicas también guardan una estrecha relación con fantasías de nacimiento y fantasías coprofílicas. Fue precisamente Freud el primero en señalar la relación entre éstas. En el segundo de sus Tres ensayos de teoría sexual, publicados originalmente en 1905, Freud incluía, en 1915, una sección sobre las teorías sexuales infantiles. En dicha sección, Freud escribe el siguiente párrafo:
"Muchas personas recuerdan con claridad cuán intensamente se interesaron en el periodo prepuberal por la cuestión: ¿De dónde vienen los niños? Las soluciones anatómicas fueron en esa época de los más diversos tipos: vienen del pecho, son extraídos del vientre, o el ombligo se abre para dejarlos pasar. En cuanto a la investigación correspondiente a los primeros años de la infancia, es muy raro que se le recuerde fuera del análisis; ha caído bajo la represión mucho tiempo atrás, pero sus resultados fueron uniformes: los hijos se conciben por haber comido algo determinado (como en los cuentos tradicionales) y se los da a luz por el intestino, como a la materia fecal." (Freud, 1915, pág. 178).
La denominada Teoría de la cloaca es una de las teorías sexuales infantiles propuestas por Freud. En su texto de 1908, Sobre las teorías sexuales infantiles, Freud explica cómo el niño pequeño llega a la conclusión de que los bebés nacen de la misma manera en que las heces fecales son expulsadas. Los niños pequeños llegan a esta conclusión a partir de varias teorías acerca de la vida sexual de los padres. En primer término tenemos la idea de que los niños pequeños no aceptan aun la diferenciación de los sexos. Al respecto, Freud escribe que esta teoría "Consiste en atribuir a todos los seres humanos, aun a las mujeres, un pene, como el que el varoncito conoce en su cuerpo propio" (Freud, 1908). Al atribuir un pene a todos los seres humanos, el niño pequeño atribuye también un pene a la madre, convirtiéndola en una Mujer con pene. Esto da como resultado la negación de la existencia de un orificio (la vagina) por el cual se lleve a cabo el comercio sexual ente los padres.
Ante la negación de la existencia de una vagina, el niño imagina entonces que el contacto sexual de los padres tiene que ser por la vía anal. El niño también asocia el nacimiento con la expulsión de las heces fecales. Al respecto Freud escribe:
"Su ignorancia de la vagina posibilita al niño convencerse también de la segunda de sus teorías sexuales. Si el hijo crece en el vientre de la madre y es sacado de ahí, ello ocurriría por la única vía posible: la abertura del intestino. Es preciso que el hijo sea evacuado como un excremento, una deposición". (Freud, 1908, pág. 195).
En esta teoría sexual infantil se puede encontrar el origen de la asociación entre la expulsión de las heces fecales y el nacimiento. Es aquí donde se lleva a cabo otra asociación importante. La materia fecal es entendida como una materia muerta, que en algún momento fue parte de un cuerpo vivo, pero que ahora se encuentra en proceso de descomposición. Esto hace que se forme una asociación entre excremento y cadáver.
Sin embargo, también dentro de las teorías sexuales que el niño elabora, está el hecho de que los bebés, al ser expulsados de la misma forma que los excrementos, están hechos de éstos. A partir de esto, se puede entender las asociaciones que vinculan a la coprofilia con las fantasías de nacimiento y con la necrofilia.
Por último, Sadger también propone que en el deseo de morir con la pareja se encuentra también un deseo de viajar con la pareja. Ya desde 1900, Freud identificaba cómo muerte y viaje son ideas que están relacionadas de forma inconsciente en el psiquismo humano (Freud, La interpretación de los sueños).
[1] Sadger, J. (1910). Heinrich Von Kleist. Eine pathographisch-psychologische Studie. J.F.Bergmann
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