¿Qué es la resiliencia? 8 Claves para conseguir esta habilidad

La resiliencia implica la capacidad de poder afrontar situaciones difíciles, es decir, aquellas donde experimentamos de muchos estrés, nervios o ansiedad. De hecho, una persona resiliente tiene la habilidad de conseguir tener una actitud correcta ante las adversidades. Pero, ¿por qué es tan importante y cómo podemos trabajar en ella?

¿Qué es la resiliencia?

La resiliencia es la capacidad de poder lidiar con las dificultades de una forma serena y equilibrada. De hecho, esta habilidad se define como el proceso de adaptarse de la manera más correcta ante las adversidades, las amenazas o las fuentes de estrés. Cuando una persona aprende a ser más resiliente no solo es capaz de superar las circunstancias difíciles, sino que también puede mejorar su vida en muchos aspectos.

¿Qué quiere decir ser resiliente? Características de la resiliencia

Podemos identificar a las personas resilientes debido a los siguientes rasgos:

• Enfrentan los problemas como desafíos: Cuando las personas son resilientes, tienden a ver las dificultades cómo un desafío para demostrar sus cualidades y habilidades. Esto supone que lo intentarán todo hasta lograr aquello que desean.
• Regulación emocional: La resiliencia también está muy relacionada con la capacidad de poder gestionar correctamente nuestras emociones. Es decir, estas personas son capaces de entender sus sentimientos y sobre todo, lidiar con las emociones que pueden resultar más difíciles.
• Enfocarse en lo que sí tienen control: Ser resiliente también implica entender y enfocarse en aquello que sí podemos controlar, como es nuestra actitud y pensamientos.
• Autocompasión: Las personas resilientes se tratan a sí mismas con respeto. Esto significa no ser críticos consigo mismos y tener ambiciones realistas.
• Apoyo social: Tener un buen apoyo social es otra de las características que suelen tener las personas que son resilientes. Esto implica, tener a personas de confianza que les ayuden en los momentos difíciles.

Estas son algunas de las principales características de la resiliencia que podemos identificar en las personas que poseen esta habilidad.

La importancia de la resiliencia

Tener la capacidad de la resiliencia implica una fuerza psicológica que nos permite afrontar el estrés y las dificultades del día a día. Es decir, es una reserva mental en el que las personas recurren en momentos de necesidad que les ayuda a no desmoronarse. Las personas resilientes son más capaces de manejar las adversidades y reconstruir sus vidas después de una lucha.  Es decir, la resiliencia es una capacidad que nos ayuda a lidiar con los problemas de una manera saludable, lo que supone no experimentar consecuencias psicológicas a largo plazo.

¿Cómo se puede desarrollar la resiliencia?

Si quieres trabajar para ser una persona resiliente, existen algunos consejos que puedes tener en cuenta:

1. Enfócate en tu bienestar: La resiliencia es una capacidad que se desarrolla si una persona está en un estado de bienestar. Es decir, implica tener buenos hábitos tanto a nivel físico como mental. Por lo que, la resiliencia supone cuidar tu cuerpo, realizando ejercicio y estableciendo una dieta equilibrada. Así como teniendo instantes para ti mismo de descanso y disfrutando de tu propia compañía.
2. Empieza a comprenderte a ti mismo: Ser una persona resiliente también implica entenderte y sobre todo, enfocarte en tu propio autodescubrimiento. Esto implica saber quiénes somos y sobre todo, comprender nuestra actitud, pensamientos y sentimientos.
3. Encuentra tu propósito: Otra de las características de las personas resilientes es que estas tienen muy claro sus objetivos y propósitos vitales. Es decir, saben qué es lo que quieren y sobre todo, trabajan en conseguir sus metas.
4. Mantener las cosas en perspectiva: Para cultivar la resiliencia es importante entender que no todo es tan relevante. Es decir, cómo nos sentimos en muchos casos puede estar vinculado en una perspectiva errónea ante una situación. Por lo que, aprender a vernos desde otra perspectiva, puede ayudarnos a lidiar mejor con una situación concreta.
5. Lidia con tus pensamientos negativos: La resiliencia también significa aprender a lidiar con aquellos pensamientos que nos boicotean. Esto significa aprender a razonar con aquellas ideas que no nos hacen un bien o que no nos aportan nada positivo.
6. Aprender de los errores: En lugar de enfocarte en lo negativo de un fracaso, intenta aprender de estos errores. Es decir, mira la parte positiva de un fallo que hayas podido cometer.
7. Ve los problemas como desafíos: Una situación difícil puede ayudarnos a entender cuáles son nuestras habilidades y dificultades. Por lo que, si quieres mejorar tu resiliencia emocional, en lugar de tomarte una situación como negativa, intenta afrontarlo como un desafío con el que ver de qué eres capaz.
8. Acude a terapia: Si sientes que no eres suficientemente resiliente o que las situaciones difíciles te afectan demasiado, acudir a un psicólogo te ayudará a mejorar esta habilidad. De hecho, la terapia puede ser una herramienta para mejorar tu vida en todos los sentidos.

Ser más resilientes se relaciona con un mayor bienestar y satisfacción personal. Por lo que, si quieres mejorar tu vida, la resiliencia es una cualidad en la que te deberías enfocar en trabajar.

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