¿Qué pasa por la mente de una amante de un hombre con hijos?

Seamos francos. Nunca hay una buena excusa para empezar una aventura amorosa con un hombre casado y con hijos. Pero sucede y muy a menudo. 

Estudios hechos recientemente en Estados Unidos apuntan que el 30% de los hombres casados heterosexuales tendrán una relación extramarital duradera durante su vida. Las encuestas también apuntan que la mayoría de estas mujeres son solteras. ¿Lo que lleva mujeres que podrían estar en relaciones más sanas a involucrarse con hombres casados? ¿Qué buscan al implicarse en un triángulo amoroso?

La mayoría de estas mujeres entran en relaciones de este tipo sin saber que el hombre es casado. Y cuando son sorprendidas con esta información ya están involucradas emocionalmente, lo que torna más difícil la ruptura. 

Los motivos de la amante

Algunos padrones de comportamiento se repiten en la mayoría de los casos de infidelidad, lo que nos ayuda a entender mejor lo que pasa en la mente de una mujer que acepta ser “la otra”. Los principales motivos son: 

1. Esperanza que el hombre deje su esposa por ellas

Debido al vínculo amoroso desarrollado en la relación extramarital, muchas de estas mujeres tienen una dificultad de comprender que este hombre no va a compartir su vida con ellas. Es verdad que a menudo el hombre hace falsas promesas de que va a dejar su família, pero incluso en los casos en que él dice claramente que no romperá con su mujer, la amante nutre la esperanza de que un día finalmente lo haga. Este fuerte deseo puede tornarse obsesivo, generando mucho dolor y frustración cuando ella finalmente se da cuenta que será siempre la amante. 

2. El tipo de apego

En la teoría de apego, John Bowlby explica que la manera como hemos sido criados determinará el riesgo de adoptar conductas basadas en la infidelidad. En el apego ansioso, la persona tiene más dificultad dificultad de controlar sus impulsos. O sea, acaba siendo llevada por el placer momentáneo. En el apego desorganizado, tenemos personas que son incapaces de vincularse de manera verdadera con alguien. No tienen la madurez emocional para construir una relación firme y segura. 

3. La relación con el padre

Para lo bueno y para lo malo, las mujeres suelen tener sus padres como modelo en las relaciones de pareja. Psicólogos dicen que muchas mujeres aceptan ser la amante porque buscan un hombre como su padre. En casos así, el padre solía ser infiel a sus madres y ahora ellas repiten este comportamiento nocivo porque lo tienen como ejemplo. Padres ausentes también dejan heridas profundas en la autoestima, lo que las lleva a elegir parejas que no valen la pena. 

Por no sentirse merecedora del amor, estas mujeres inconscientemente buscan hombres que poco aportan. Aceptan hombres que son cariñosos, lo que llena el vacío que sienten,   pero que jamás podrán estar con ellas poro entero. Edmundo Campusano, psicólogo.

4. Miedo al compromiso

Para muchas mujeres, ser la otra es una forma de tener una relación emocional con alguien sin tener que comprometerse. Son personas que tienen dificultad en aceptar la rutina y los problemas que fatalmente vienen con el casamiento y con la llegada de los hijos. 

Además, el facto de estar haciendo algo prohibido y de no poder estar siempre con la persona amada despierta una emoción mucho más poderosa que la que sienten las parejas que tienen una vida en común. Muchas amantes relatan que el sexo es fabuloso y que la atracción física explosiva, lo que torna más complicado abandonar el triángulo amoroso. 

5. Vanidad

Por vanidad y narcisismo, algunas mujeres simplemente les gustan los hombres con pareja. Muchas tienen la idea, ni siempre verdadera, que este hombre vive un matrimonio infeliz. Se sienten bien por creer que son una pieza fundamental en la vida del infiel y que este hombre busca en ellas todo lo que le falta en su relación conyugal. Esto les da una sensación de innegable poder. Saben que a través de su posición pueden destruir una familia entera.

Sin embargo, al aceptar en papel de amante, la mujer abdica casi todo. Renuncia la libertad de poder salir con el hombre que ama, la posibilidad de proyectar el futuro juntos o de tener hijos.

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