¿Cómo los likes nos influyen psicológicamente?
Aunque parezca algo inofensivo y divertido, el hábito de ver los likes en las redes sociales puede generar: adicción, ansiedad y depresión.
El surgimiento de las redes sociales ha cambiado drásticamente nuestro comportamiento, la forma como vemos el mundo y cómo nos comunicamos. Además ha generado una revolución en nuestras relaciones interpersonales y afectivas.
Cuando Google y las redes sociales no existían, encontrar en internet una foto de la persona que te estaba enamorada era una misión casi imposible. Pero con la creación de las redes sociales, este panorama ha cambiado drásticamente. Si escribimos el nombre de una persona en sitios como Instagram, Facebook, Twitter o Google, en poco segundos podemos saber a qué se dedica, sus hobbies, los viajes que ha hecho, quien son sus amigos, dónde ha estudiado, si tiene o no pareja, etc.
Además de esto los likes que recibimos nos generan dopamina y adrenalina de forma instántanea. Estudios han demostrado que los seres humanos no estamos preparados psicológicamente para recibir "tantos alagos" o "tanta aprobación inmediata".
Así como tampoco el ser humano sabe procesar de forma negativa, algunos comentarios o los "pocos likes" que obtenemos en redes sociales. Además de esto, son cada vez más comúnes los stalkers y de eso también te vamos a explicar.
¿Qué es un stalker?
El acceso rápido, fácil y anónimo a la información nos ha convertido a todos en stalkers. La palabra stalker viene del término inglés stalking. El stalking es una forma de acoso que significa perseguir al otro por todas partes para establecer algún tipo de contacto o relación. Actualmente, la palabra stalker pasó a ser utilizada para definir a una persona que utiliza internet, sobre todo las redes sociales, para vigilar o espiar la vida ajena.
En distinta medida y con distintos grados, todos ya hemos echado un vistazo al perfil de alguien. Tener curiosidad de saber un poco más sobre alguien es algo normal, y todos lo hacemos. Miramos el LinkedIn de nuestro jefe, chequeamos la timeline de nuestra pareja, buscamos datos de una persona que nos interesa románticamente, entramos en el perfil de un ex. Con datos que nosotros mismos publicamos en nuestros perfiles, todos espiamos y nos dejamos espiar.
Sin embargo, debemos tener un poco de cuidado con este hábito. A menudo, lo que empieza como una curiosidad inofensiva o algo divertido puede convertirse en una obsesión. El problema comienza cuando la persona deja de vivir la vida real para vivir la vida virtual del otro.
Algunos comportamientos nos ayudan a detectar si estamos sobrepasando los límites sanos. Los principales son:
- Dejar de lado compromisos y tareas importantes: renunciar a sus propias actividades para acompañar virtualmente lo que está haciendo el otro.
- Pasar demasiado tiempo espiando la vida de la otra persona: los stalkers pasan muchas horas supervisando las actividades del otro, qué posta, a quién sigue, cuántos likes pone (y a quién), etc.
- Sentir ansiedad cuando no está en las redes sociales: la vida real deja de tener sentido. Cuando no estás buscando algo sobre esta persona, sientes ansiedad y nada tiene gracia.
- Repetición: entra mil veces en el Instagram de la persona y te sientes decepcionado cuando no encuentra ninguna nueva actualización.
- Dificultad para concentrarte en otras actividades: no consigues, por ejemplo, concentrarte en el trabajo y ser productivo porque pasa mucho tiempo mirando las redes sociales de los demás.
- Mirar el perfil de gente desconocida: mirar el perfil de amigos de amigos, de chicas que dan un like o comentan en la foto de tu ex, de la madre de tu crush...
Las consecuencias de stalkear en las redes sociales
Stalkear la vida de las otras personas en las redes sociales puede tener muchas consecuencias negativas. Las investigaciones muestran que las personas que navegan por los perfiles de sus amigos y no publican nada en los suyos, sufren una disminución en su bienestar. Más de un tercio de los usuarios de Facebook abandonan la página sintiéndose peor que cuando iniciaron la sesión. Y cuanto más tiempo alguien pasa en la página de Instagram de un ex, peor se sentirá y será más difícil seguir adelante.
Además, stalkear de manera frecuente, puede afectar la salud mental. En muchos casos el acto de revisar las redes sociales de una persona de forma recurrente puede convertirse en una adicción y desencadenar problemas como ansiedad y depresión.
Las informaciones publicadas por Psico.mx no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psico.mx no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD