Cerrando ciclos

​Siempre que terminamos o cambia una etapa en nuestra vida es muy usual que nos digan que debemos cerrar ciclos, ¿cómo se le hace? Es fácil decirlo, ¿pero será fácil hacerlo?

16 SEP 2016 · Lectura: min.
Cerrando ciclos

Los ciclos no son puertas a las que les pones una llave, la cierras, tiras dicha llave y dejas de mirar al otro lado del portal, dándole la espalda y dejándola atrás. Los ciclos son decisiones, las decisiones son acciones y las acciones conllevan a un resultado.

‎Un ciclo debe cerrarse cuando tu estabilidad emocional y tus actividades o ámbitos familiar, laboral, escolar, social, etc., se está viendo afectados, cuando el sentimiento de dolor es más grande que la razón, la inteligencia e inclusive hasta la conciencia, cuando dejas de pensar en ti y solo te enfocas en esa situación, perdiendo la autoestima y sobre todo el amor propio, porque te entregas sin reservas y das todo por la persona que ya no está, al trabajo que ya no tienes y tu vida depende de lo que otra persona decida y ya no entorno a lo que tu quieres, deseas y a tu propia decisión, centrándote y mirando lo que tal vez ya nunca sucederá. ‎

Ese es el momento en el que te darás cuenta que el lamento, la frustración y los cuestionamientos o los por qués (¿por qué me sucedió a mi?, ¿Porque ahora?, ¿por qué yo?, si todo era perfecto, si yo lo di todo, si yo puse de mi parte, etc.) sólo incrementan tu angustia e inestabilidad emocional afectando todo tu ser.

‎¿Qué hacer para solucionarlo?

Libérate, fluye, acepta, aprende y evoluciona. ‎

‎¿Por qué es importante?

‎Para muchos parecerá ya una convivencia normal de tan acostumbrados que están con este tipo de emociones o sentimientos, pero no nos damos cuenta que la energía de la cuál estas completamente hecho, está siendo enfocada al desperdicio y no está siendo retroalimentada y se estanca, no te permite crecer, no visualizas nuevos horizontes y/o personas, incluso te ciegas en pensar que el sufrimiento será eterno ¡Libérate!‎

Nada es eterno, ni la felicidad, ni el sufrimiento. Tenemos ambas porque existe un equilibrio y porque la vida sería insípida sin la mezcla de estas dos poderosas energías. ¡Fluye!‎

¿Qué aprendiste de esta experiencia?

Todo suceso en la vida es una lección que te invita a crecer, sanar y aprender. Si en su momento viviste cosas buenas, quédate con esos recuerdos, alimenta tu espíritu de aquello positivo. ¡Acepta!

Aprenderás a sanar poco a poco tus heridas emocionales, cerrando ciclos y dando paso a nuevas y renovadas oportunidades. ¡Aprende!

No te cierres o niegues dicha oportunidad de la enseñanza que esa situación te está brindando, siendo un mejor ser humano y recuerda solo ver lo positivo, lo bueno y... ¡Evoluciona!

PUBLICIDAD

Escrito por

Dra. Patricia Edith Martínez Portillo

Ver perfil
Deja tu comentario

PUBLICIDAD

últimos artículos sobre autoestima

PUBLICIDAD